Miguel Ángel Revilla, un mártir con principios

Miguel Ángel Revilla. / EPE

En el último giro de guion de este país empeñado en convertirse en un spin-off de una película de José Luis Cuerda, dos octogenarios se han citado en el ring más campechano que se recuerda. Un combate en el que el demandante es un antiguo rey, multimillonario y exiliado para que sus excesos y desmanes le suenen desde más lejos; y el demandado, un político dicharachero, un señor bajito enchaquetado, lenguaraz y sencillo como un presidente de fútbol de los años noventa y popular por su análisis sesudo y espontáneo de la realidad.

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