evitar la explosión del cohete y reutilizar por primera vez el propulsor

Las imágenes de los restos de Starship cayendo del cielo siguen en la memoria de muchos, dos meses después de su última prueba. SpaceX se acerca a un nuevo lanzamiento con importantes retos. Por un lado, evitar los fallos anteriores que han ocasionado la pérdida de dos naves y la desviación del tráfico aéreo. Por otro lado, el hito de reutilizar por primera vez parte de este inmenso cohete.

La novena prueba será la primera vez que se reutilice la primera etapa de este cohete, el propulsor Super Heavy. Este modelo de propulsor realizó su primer vuelo en la séptima prueba en enero de 2025 y regresó a tierra firme gracias al sistema de Mechazilla, equipado con brazos robóticos en la plataforma de lanzamiento para agarrar el cohete al vuelo cuando regresa.

SpaceX ha logrado traer de vuelta con éxito el Super Heavy en tres ocasiones, la primera vez que se pudo seguir en directo esta hazaña fue en el vuelo de prueba de octubre del año pasado. La empresa ha compartido imágenes de la prueba de fuego estático que ha llevado a cabo con el Super Heavy, proceso habitual de preparación antes de montar el cohete y colocarlo en la base de lanzamiento para el despegue.

Este avance, aunque pueda parecer poco, supone un paso más en los ambiciosos objetivos de la compañía. La empresa espacial liderada por Elon Musk ha explicado que la meta es el «reemplazo sin contacto», es decir, realizar varios despegues sin que el Super Heavy toque tierra entre misiones.

Sin embargo, la segunda etapa, no ha tenido tanta suerte en los últimos meses. Como se menciona al inicio de este artículo, en los dos últimos vuelos de prueba, la empresa de Elon Musk ha perdido dos cohetes, en concreto, la segunda etapa de Starship, denominada con el mismo nombre. Las explosiones de este vehículo espacial en pleno vuelo han llegado a ocasionar problemas en el tráfico aéreo en el Caribe.

Durante la octava prueba se pudo ver como varios motores del vehículo dejaban de funcionar y la trayectoria comenzaba a ser errática. Segundos después, SpaceX cortaba la retransmisión en directo. Cuando la nave espacial pierde por completo el control y es irrecuperable, los encargados del vuelo optan por explotarla en miles de partículas para evitar males mayores, pero igualmente supone cierto caos que afecta a vuelos cuya trayectoria coincide con la caída de los restos.

Evitar una nueva pérdida de la segunda etapa es el otro gran reto que tiene SpaceX en su próxima prueba. El objetivo en esas anteriores pruebas incluía «estresar los límites estructurales de los alerones traseros de la etapa superior mientras se encuentra en el punto de máxima presión dinámica». Por último, SpaceX tenía planeado volver a probar varios sensores de radar en los sticks de la torre de lanzamiento y captura con el objetivo de continuar afinando la precisión de la medición con el vehículo que regresa.

Todavía no se ha fijado una fecha para la siguiente prueba de Starship, el noveno vuelo de prueba. Por los preparativos que la empresa está compartiendo en redes sociales, se espera que el despegue sea en las próximas semanas. Este año, SpaceX se ha propuesto acelerar el ritmo de lanzamientos de su inmenso cohete. Al fin y al cabo, la NASA pretende usar este cohete para llevar a la Luna astronautas en 2027, si no se producen más retrasos en el programa Artemis.



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