Lo que para muchos es un paraíso de clima perfecto, playas infinitas y gente amable, para otros puede resultar una experiencia asfixiante y agobiante. No por la isla, sino por lo que genera su imagen de ensueño, una ola de turistas que, en temporada alta, parece no tener fin.
En el corazón del sur de Gran Canaria, donde el calor es constante y la costa presume de algunas de las mejores playas del archipiélago, una influencer ha puesto voz a una realidad que cada vez más visitantes comparten, aunque no siempre lo digan en voz alta.
La creadora de contenidos Isabella Tudor (@ibesallagtudor en Instagram) ha compartido con sus seguidores su experiencia en Gran Canaria. Asegura que le ha gustado “bastante” la isla, pero también lanza una advertencia que ha generado debate: “Esto está a reventar de turistas y aún no es ni pleno verano”.
Una isla que brilla pero rebosa
Isabella viajó a principios de junio y lo que esperaba como unos días de desconexión y disfrute se encontró con playas abarrotadas, coches mal aparcados muchos con multas y una sensación de saturación generalizada.
“Nos hemos tenido que pegar más de media hora buscando sitio en Los Amadores porque estaba llenísimo”, afirma en uno de sus vídeos. Esta playa, conocida por su arena clara y aguas tranquilas, es una de las más frecuentadas.
Según datos del Patronato de Turismo, zonas como Amadores, Taurito o la misma Playa del Inglés reciben durante el verano decenas de miles de visitantes diarios. Un flujo constante que alimenta la economía de la zona, pero también cambia su ritmo natural.
Entre el encanto local y los excesos del turismo
La influencer no oculta su decepción con ciertos aspectos: “Hay tanto turista que los locales están muy ambientados a ellos, bares, restaurantes y música hasta las tantas”. Esa es la realidad en algunas zonas del sur, como Playa del Inglés o Puerto Rico, donde la oferta de ocio ha crecido sin descanso durante los últimos años.
Pero entre las críticas, también hay espacio para el elogio. “La simpatía que tiene toda la gente aquí en la isla es brutal. Supercercanos, majísimos”, dice tras pasar la tarde en un bar local donde, según cuenta, la trataron “como en casa”.
La playa de Taurito / LP/DLP
Taurito, el rincón que más la conquistó
Si algo se salva en su relato, es Taurito. Esta pequeña playa, encajada entre acantilados y hoteles familiares, le pareció el lugar más auténtico y tranquilo. “Una zona superpequeñita, fue espectacular”, comenta. A pesar de la presencia de turistas, destaca que “son superrespetuosos, no te molestan, respetan tu espacio”.
Taurito ha ganado popularidad precisamente por su equilibrio, hoteles bien integrados, ambiente familiar y una playa de arena oscura que presume de tranquilidad. Es, para muchos, el antídoto perfecto contra la masificación de otras zonas costeras.
Lo bueno, lo malo y lo que conviene saber
Isabella no pretende desaconsejar visitar Gran Canaria, pero sí sugiere elegir bien la época del año. “Buscad una temporada un poco más baja porque esto es una locura”, recomienda. Y es que, como ella misma señala, “si queréis un destino donde tomar el sol casi todo el año, venid aquí, pero sabed lo que os espera”.
El contraste que vive quien llega por primera vez es inevitable, pues percibe una isla de paisajes impresionantes, playas para todos los gustos, pero también un destino turístico de primer nivel que se ha visto sobrepasado en ciertos momentos. “La isla es preciosa, pero no se respeta lo suficiente. He visto gente orinar en la calle, ensuciar y eso me da mucha pena”, lamenta.