La pirueta

La pirueta de Melody, representate de España, en Eurovisión. / RTVE

Contra todo pronóstico, acabé viendo el festival de Eurovisión y pronto me puse intranquilo por la posibilidad de que algo saliera mal. Siempre me sucede cuando hay alguien que se parte la pana por España, ya sea en unas Olimpiadas, en una Copa Davis, o en los mundiales de Bádminton. Fue salir Melody con la bandera en la cadera y con esa cabellera interminable y me alegré de estar viviendo en riguroso directo el espectáculo con millones de televidentes queriendo lo mismo que yo: el triunfo, la gloria, el acabóse patrio. Por eso, cuando vi la voltereta final con la que acabó nuestra representante por fin respiré, seguro de que Eurovisión lo ganaba el bailarín que la cogió, la volteó y la mantuvo a dos centímetros del suelo mirando a cámara. Madre mía, qué tío: que fuerza, qué temple, qué nervio. Viva la madre que te parió, le grité, hinchado de españolidad.

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