Los aranceles de Donald Trump tendrán importantes consecuencias para el comercio y la economía globales. La Organización Mundial del Comercio (OMC) calcula que el PIB mundial podría perder hasta 1,12 puntos si esta situación deriva en una guerra comercial total y afecta a las relaciones bilaterales de todos los países.
Este es el escenario más extremo que recoge la OMC en un reciente informe, con todos los países declarándose, los unos a los otros, la guerra comercial.
Aunque todavía no hemos llegado a esta situación, el marco actual ya es muy negativo y se prevé que el PIB global pierda 0,6 puntos en 2025, cálculo similar al que hizo el Banco Mundial antes de empezar el conflicto arancelario.
En este cálculo, el órgano multilateral recoge todos los aranceles aprobados tanto por Estados Unidos como por el resto de los estados hasta el 14 de abril de esta semana.
También hay consecuencias para el comercio mundial de mercancías, por supuesto. Si la situación actual persiste, los intercambios comerciales globales caerán un 2,9%, cifra que llegaría al 4,3% en su escenario más extremo.
Las consecuencias serán mucho peores para Estados Unidos, Canadá y México, donde la guerra comercial tiene su origen (aunque el frente de batalla más intenso, ahora mismo, es la pelea que Casa Blanca libra con China). En el presente contexto, el PIB de Norteamérica perderá 1,6 puntos, que se pueden ir a los 1,73 puntos.
En esta zona del mundo el impacto comercial de los aranceles es abrumador. Tal y como están las cosas, las exportaciones caerán un 12,6% y las importaciones se reducirán un 9,3%.
Europa tampoco saldrá indemne de esta. Perderá un 0,1% de PIB y exportaciones e importaciones del Viejo Continente se reducirán tres décimas.
Por otro lado, el comercio mundial de servicios, aunque no está directamente afectado por los aranceles, se ralentizará y crecerá un punto menos de lo previsto, quedándose en el 4%.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC, ha alertado de «la incertidumbre en torno a la política comercial, incluido el estancamiento entre Estados Unidos y China. La reciente reducción de las tensiones arancelarias ha aliviado temporalmente parte de la presión sobre el comercio mundial. Sin embargo, la persistente incertidumbre amenaza con frenar el crecimiento, con graves consecuencias negativas para el mundo, en particular para las economías más vulnerables».