La UE se choca con un muro en Washington aunque Cuerpo ve una «puerta abierta» al acuerdo

«Ciertamente no ha sido un diálogo de sordos», asegura el portavoz europeo de Comercio, Olof Gill. La Comisión de Ursula von der Leyen se esfuerza en rebatir la impresión general de que la reunión de emergencia celebrada este lunes en Washington para frenar la guerra arancelaria entre el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, y sus homólogos estadounidenses, Howard Lutnick y Jamieson Greer, no sirvió para nada.  

Al mismo tiempo, el Ejecutivo comunitario admite públicamente que los negociadores norteamericanos ni siquiera les están trasladando claramente lo que quieren obtener, no entran a fondo en la negociación y tampoco parecen realmente comprometidos en la búsqueda de una salida dialogada durante los 90 días de pausa parcial decretados por Donald Trump. Fuera de micro, los europeos dudan además de que Lutnick y Greer tengan línea directa con el presidente o poderes para cerrar un trato.

Mientras, el ministro Carlos Cuerpo, que se reunió el martes con el secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, se mostró más optimista y afirmó que «ve una puerta abierta» para llegar a un acuerdo con el Gobierno de Trump. 

Lograr un acuerdo justo «requerirá un importante esfuerzo conjunto de ambas partes«, escribió Sefcovic al término del encuentro en Washington, que duró alrededor de dos horas y se saldó sin ningún avance concreto. A la reunión se sumaron altos funcionarios del departamento del Tesoro. Al final, ni siquiera se acordó un programa de trabajo ni un calendario de reuniones futuras a nivel político o técnico. La UE propuso que el trabajo continúe a nivel de expertos, pero no está claro que los americanos lo hayan aceptado.

«La UE está haciendo su parte. Ahora es necesario que Estados Unidos defina su posición. Como ocurre con toda negociación, esta debe ser una vía de doble sentido, un compromiso recíproco, en el que ambas partes aporten algo», ha resaltado el portavoz europeo de Comercio.

«Cuando decimos que necesitamos escuchar más de los estadounidenses, eso es precisamente lo que queremos decir. Necesitamos tener una idea más clara sobre cuáles son sus resultados preferidos en estas negociaciones. Necesitamos un nivel adicional de compromiso por parte de EEUU para poder seguir avanzando«, insiste Gill.

«Ahora esperamos empezar a hablar de forma significativa sobre los detalles, llegando al meollo de cómo podrían ser estos diferentes acuerdos. Pero eso requeriría, y el comisario Sefcovic lo ha dejado claro, un compromiso adicional por parte de Estados Unidos. Así que ahora les toca a ellos», ha agregado.

En la reunión de emergencia en Washington, el diálogo entre la UE y EEUU se centró en la oferta europea de rebajar a cero de forma recíproca los aranceles de todos los productos industriales, empezando por los coches. Los negociadores también hablaron de la «sobrecapacidad mundial en los sectores del acero y el aluminio», así como de la «resiliencia de nuestras cadenas de suministro en semiconductores y productos farmacéuticos«.

Pese a la pausa parcial de 90 días, Trump mantiene los recargos del 25% al aluminio, el acero y los coches europeos. La única mejora que el presidente de Estados Unidos ha concedido a la UE es rebajar del 20% al 10% los denominados ‘aranceles recíprocos’ impuestos al resto de productos. Para las próximas semanas, Bruselas todavía espera más tasas sectoriales para chips y fármacos.

«La UE seguirá abordando estas conversaciones de manera constructiva, con vistas a identificar áreas de interés común. Está claro que serán necesarios importantes esfuerzos conjuntos para lograr un resultado satisfactorio dentro del plazo de 90 días», insiste el portavoz de Comercio.

Bruselas también está dispuesta a discutir con Trump las denominadas «barreras no arancelarias» a los productos estadounidenses, aunque en este caso ha fijado de antemano sus líneas rojas. «Los estándares de la UE, en particular los relacionados con la seguridad alimentaria, son sacrosantos. No forman parte de la negociación y nunca entrarán, ni con EEUU ni con nadie más», sostiene el portavoz. Tampoco se va a negociar con Washington la normativa digital o el IVA.

Mientras Sefcovic negociaba con Lutnick y Greer en Washington, Trump volvía a arremeter contra la Unión Europea. «La UE se formó para hacer daño a Estados Unidos en materia comercial. Tienen que venir a la mesa (de negociación) y lo están intentando. Pero la UE se está aprovechando terriblemente de nosotros. No se llevan nuestros productos alimenticios, no se llevan nuestros coches», dijo durante su reunión con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

El Ejecutivo comunitario se ha esforzado por rebatir uno por uno los argumentos del exmagnate inmobiliario. «En relación con la sugerencia del presidente Trump de que la UE debería sentarse a la mesa: señor presidente, estamos sentados a la mesa. En segundo lugar, en relación con la sugerencia del presidente Trump de que la UE se está aprovechando terriblemente de EEUU, una vez más, los hechos no respaldan esta afirmación», ha dicho el portavoz.

La relación comercial entre la UE y EEUU asciende a 1,6 billones de euros anuales y genera «resultados económicos fantásticos» en ambas orillas del Atlántico. Bruselas y Washington tienen invertidos 5,3 billones de euros en la economía del otro bando. Un total de 3,4 millones de trabajadores estadounidenses están ocupados gracias a la inversión europea. La UE es una fuente fiable de materias primas críticas para EEUU y el mayor comprador de gas natural y petróleo norteamericano. «Eso parece un mejor amigo y no alguien que se aprovecha», sostiene Gill.

En cuanto al argumento de Trump de que los europeos no compran coches ni productos agrícolas norteamericanos, Bruselas ha reiterado en primer lugar su oferta de aranceles cero por cero para todos los vehículos. Además, en 2023 la UE importó productos agroalimentarios de EEUU por valor de 12.000 millones de euros, una cifra que ha aumentado un 77% desde 2005.

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