El lunes, Moody’s Investors Service comunicó que los principales motivos que llevaron a la drástica decisión de disminuir la calificación crediticia de Israel en dos niveles son los elevados riesgos tanto geopolíticos como de la política interna. Estas preocupaciones se ven incrementadas por el posible impacto prolongado de la guerra en la economía y las finanzas públicas del país.

La agencia rebajó la calificación crediticia de Israel por segunda ocasión este año el viernes, coincidiendo con un ataque importante del ejército en Beirut que se saldó con la muerte del líder del grupo terrorista Hezbolá, Hassan Nasrallah. Aunque el anuncio de Moody’s se realizó poco después de este evento, la agencia ya había preparado su evaluación con anterioridad.

En una charla con los inversionistas posterior a la rebaja de la calificación, Moody’s admitió que Hezbolá ha experimentado un debilitamiento reciente tras un “gran éxito militar”. No obstante, la agencia expresó su preocupación ante la falta de una estrategia efectiva de salida de la guerra militar que garantice un nivel de certeza y seguridad para Israel en el futuro, lo cual es fundamental para fomentar inversiones en el país.

Además, Moody’s criticó las decisiones del gobierno israelí que incrementan el riesgo de implementar restricciones comerciales, tanto formales como informales, además de poner en riesgo el apoyo diplomático internacional crucial.

Sobre los riesgos políticos internos, la agencia de calificación indicó que el gobierno está implementando políticas que exacerban las tensiones sociales ya existentes. Mencionó como ejemplos la violencia por parte de colonos en Judea y Samaria, que los servicios de seguridad consideran un creciente riesgo para la seguridad de Israel, así como los intentos del ministro de Justicia de debilitar nuevamente la independencia del poder judicial mediante el retraso en nombramientos importantes.

Al ser interrogado sobre si una mejora en el nivel de seguridad, como la eliminación de la amenaza del Líbano mediante una guerra corta, podría ser un factor para elevar la calificación crediticia de Israel, Moody’s respondió que es poco probable. La agencia considera que los problemas a largo plazo que enfrenta el país no desaparecerán.

Moody’s no prevé un incremento rápido en la calificación crediticia de Israel, citando un alto grado de incertidumbre respecto a las perspectivas de seguridad a largo plazo del país. Junto a estas inciertas proyecciones, la agencia anticipa que el crecimiento no se recuperará pronto a los niveles previos al inicio de la guerra el 7 de octubre. Esto se debe a que el gasto en defensa será considerablemente mayor y las finanzas públicas, así como la economía, seguirán siendo más frágiles de lo que se había anticipado.

Respecto a la gestión de las finanzas estatales, Moody’s mostró escepticismo sobre si todos los miembros de la coalición de gobierno están dispuestos a llevar a cabo los ajustes fiscales necesarios para financiar y compensar de manera responsable los costos de la guerra en curso durante el próximo año. La agencia criticó al gobierno por optar nuevamente por aumentar el techo de gasto para el presupuesto estatal de 2024, en lugar de compensar esos fondos mediante recortes en otras áreas, tal como sugieren los funcionarios del Ministerio de Finanzas.

Finalmente, Moody’s destacó que una escalada más amplia de la guerra que involucre a Irán o un impacto más grave en la economía y las finanzas públicas podrían ser factores que impulsen futuras rebajas en la calificación crediticia del país.

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