Desde el pasado 28 de abril cuando un colapso inesperado de la red eléctrica dejó sin suministro a buena parte del país, el gas butano ha vuelto a colocarse en el centro del escenario energético. Esta forma tradicional de energía, que durante años ha ido quedando en segundo plano frente al avance de la electricidad, ha demostrado de golpe su utilidad real en hogares que hasta hace poco apenas lo tenían en cuenta.
Cocinar, calentar el agua o poner la calefacción sin depender de la red eléctrica ha pasado de ser una alternativa casi olvidada a una solución práctica. Pero antes de lanzarse a comprar bombonas, es importante entender bien cómo usarlas, y sobre todo, cómo almacenarlas correctamente. Los riesgos de un mal uso no son menores: fugas, incendios o accidentes pueden evitarse fácilmente si se siguen unas recomendaciones básicas.
Precisamente eso es lo que ha hecho una experta en gas butano a través de la cuenta oficial de Repsol, donde ha compartido consejos esenciales para tratar con esta fuente de energía de forma segura y eficiente. Entre ellos destaca uno muy claro: “Guarda la bombona en un sitio ventilado, lejos de fuentes de calor y siempre en vertical”. Parece simple pero no todo el mundo lo cumple: “Y nunca tumbada”.
En cuanto a si puede dejarse en el exterior, la respuesta también es directa: sí. “De hecho, así la tenemos nosotros”, asegura la experta, confirmando que siempre que esté en un lugar seguro y ventilado, es una opción válida.
Una de las dudas más frecuentes es cómo saber si la bombona está vacía. Aquí la clave está en el contraste térmico que se nota al tacto: “Si la parte de abajo está fría y la superior está caliente, es una señal de que se está agotando”. Este truco, sencillo pero útil, puede evitar sorpresas a mitad de una ducha o con la comida a medio hacer.
Y si alguna vez te has preguntado por qué ese color tan llamativo, cuenta que hay una razón histórica detrás. En los años cincuenta, se eligió un naranja intenso inspirado en las naranjas españolas para que fuera fácilmente reconocible. Hoy en día ese color se ha convertido en todo un símbolo, “el color butano”, como lo llama la experta.