La dirección general de Recursos Hídricos, órgano dependiente del Govern autonómico, ha denegado los permisos para extraer la cantidad de agua que el Ayuntamiento de Manacor debía necesitar para poner en marcha la planta potabilizadora prevista dentro de este año.
Esta circunstancia hace que el consistorio tenga que renunciar ahora a su construcción, tenga que hacer frente a una indemnización de 250.000 euros a la empresa a la que ya había licitado la obra y la trama urbana de la ciudad se quede sin agua potable, al menos hasta dentro de tres años, el tiempo previsto por el Govern para tener lista la llegada del agua desde Petra y la desaladora de Llevant, que debe suministrar líquido a toda la comarca a un precio unitario.
«Era uno de los proyectos más importantes de este mandato al que no nos queda más remedio que renunciar de momento», explica el alcalde de Manacor, Miquel Oliver. Efectivamente no es un asunto menor, puesto que la Sala hace unos meses que ya había sacado a licitación y adjudicado el proyecto por un total de tres millones de euros, provenientes todos de remanentes municipales y que ahora, pasados los trámites pertinentes, podrán volver a la caja municipal. Eso sí, con un recorte del 6% que es el porcentaje estipulado con la constructora FACSA, como indemnización si la cosa no salía adelante, como así ha sido. Esta rescisión de contrato supondrá que el Ayuntamiento tendrá que pagar «entre 250.000 y 300.000 euros».
«Es una vulneración a nuestra autonomía»
Recursos Hídricos, que ha mantenido reuniones periódicas con el Ayuntamiento para tratar el tema, no quiere una extracción elevada de agua de los acuíferos de la zona para destinarlos a una gran potabilizadora, que derrocharía un porcentaje importante por el camino. Tampoco quiere que, en previsión a canalizar agua potable desde Petra (por lo que habrá que esperar al menos tres años) y con la construcción prevista de una desaladora que dé líquido de calidad a toda la comarca de Llevant, haya dos modelos en funcionamiento. «El Govern quiere que después le compramos el 100% del agua que produzca y al precio que ellos fijen. Pensamos que es una vulneración a nuestra autonomía», añade Sebastià Llodrà, concejal local de Medio Ambiente.
Cabe recordar que Manacor ya tiene una potabilizadora de agua en funcionamiento, de dimensiones mucho más reducidas a la programada por dentro de 8 meses, pero que ahora mismo ya da agua de calidad y sin nitratos a un total de 470 viviendas (unas 1.500 personas) de los sectores más cercanos del Serralt y Sa Volta, además de suministrar a la escuela públicaJaume Vidal y tener salida a través de cinco fuentes públicas.
Subir el precio de la factura
Durante estos meses el consistorio manacorí ha intentado llegar a un acuerdo que permitiera la construcción y un modelo mixto con el que vendrá en tres años. «Estamos dispuestos a comprar un 80 o un 85% del agua en alta que viniera de las infraestructuras del Govern, pero manteniendo el proyecto y nuestro modelo con el que tendríamos agua potable de forma inmediata» dice Oliver, que señala que, de esta manera, y con un precio unitario fijado por el Govern, «las tarifas tendrán que subir».