Diputado y beduino

Madrid está lluviosa. Madrid con lluvia no es más fea que Madrid sin lluvia, es simplemente más nostálgica y menos callejera, pero igual de hermosa y bajo su cielo se dibuja la estructura de una ciudad que es el paradigma de la confusión, a veces, la estrella de la belleza y el exceso, otras, y un lugar donde los recuerdos se alternan entre teatros, bares y un Congreso de los Diputados al que José Antonio Labordeta llegó hace 25 años en un 5 de abril, en el que el diputado de CHA iba a entrar por primera vez en el congreso y lo hizo por la puerta de los leones hasta que alguien le dijo: «Labordeta, que no es por ahí, que esa puerta solo se abre en los días grandes».

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