El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha vuelto a cargar contra el papel internacional dentro del conflicto en la Franja de Gaza. Esta vez, el Parlamento o la Knesset ha aprobado una primera lectura de una ley que permitiría al Ejecutivo central pueda cortar las emisiones extranjeras dentro de su territorio.
Correría a cargo del Ministerio de Comunicaciones, que impediría que televisiones extranjeras dentro de Israel emitieran ciertos contenidos a designio del Gobierno si consideran que pueden llegar a ser una amenaza para la seguridad nacional. Ejemplo de ello, sería vetar la señal de televisión panárabe Al Yazira.
En primera lectura, la norma ha recibido el apoyo de 25 votos a favor y cuatro en contra y en la cual también se incluye confiscar el equipo de estos medios señalados y bloquear dentro de las fronteras israelíes sus accesos vía online, según recoge este lunes el medio ‘The Times of Israel’.
El actual ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, podría así cumplir su amenaza de cerrar la televisión qatarí Al Yazira al considerar que trabaja contra los intereses de defensa de Israel y «alimenta el sentimiento antiisraelí». Karhi ya señaló en noviembre que Al Yazira había «fotografiado y publicado» las posiciones de las fuerzas militares israelíes, había «emitido anuncios militares de Hamás» y «retorcido los hechos para incitar a las masas a los disturbios».
Además, el Ministerio de Defensa tendría que certificar previamente si estas emisiones que estarían en el punto de mira suponen “un daño real para la seguridad del Estado”.
Motivo por el cual, cabe remarcar que las Fuerzas Armadas israelíes han publicado imágenes y documentos que señalan a uno de los periodistas palestinos que trabajan para Al Yazira, Mohamed Washá, como comandante de las milicias de Hamás, las Brigadas Ezzeldín al Qassam. «Por la mañana es periodista en el canal Al Yazira y por la tarde, terrorista de Hamás», ha afirmado el portavoz en árabe del Ejército israelí, Avichay Adraee, a través de sus redes sociales.
Israel veta a la relatora de la ONU en su territorio
Sumado a este principio de censura mediática, el Gobierno de Netanyahu continúa su retahíla de medidas por las que prohíbe la entrada e internacionalización del conflicto que se está recrudeciendo, desde el pasado 7 de octubre, en la Franja de Gaza.
También este lunes, el Ejecutivo central ha anunciado que prohibirá la entrada al país de la relatora de la ONU para los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesa Albanese, después de que ésta afirmase que las víctimas de los atentados del 7 de octubre no murieron por ser judías sino por la «opresión» israelí.
El ministro de Exteriores, Israel Katz, y el de Interior, Moshe Arbel, han suscrito este lunes una orden para vetar la entrada de Albanese, bajo la premisa de que ha acabado la «era del silencio» de la población judía. El Ejecutivo israelí ha instado a la ONU a distanciarse de las declaraciones de la relatora y cesarla, informan fuentes del Ministerio de Exteriores.
Como réplica, Albanese ha puntualizado que este hecho no es noticia, puesto que “Israel ha negado la entrada de todos los relatores de la ONU desde 2008”. Por ello, ha reclamado que decisiones de este calibre no supongan una “distracción” de las “atrocidades” que se están cometiendo contra el pueblo palestino en Gaza, donde «se está llegando a un nuevo nivel de horror con el bombardeo de personas en zonas seguras de Rafá».
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