Así como Michel Temer tuvo en Brasil el respaldo de la cadena O Globo para expulsar del poder a la entonces presidenta Dilma Rousseff -y ahora la necesita para mantenerse a pesar de su impopularidad- Mauricio Macri cuenta desde su ascenso a la presidencia y a lo largo de estos dos años de gestión con un aliado mediático clave: el Grupo Clarín.
En Argentina suele decirse que ningún Gobierno soporta siete portadas negativas y sucesivas del diario de mayor circulación, dueño además de la principal operadora de cable e internet (Cablevisión), y el canal televisión y la radio más influyentes, entre otros negocios diversificados fuera de los medios.
El kirchnerismo tuvo su luna de miel con el emporio y, después de otorgarle beneficios, lo convirtió en el principal demonio de la política. No pudo derrotarlo. Clarín impulsó las principales denuncias de corrupción y alzó la bandera de la libertad de prensa.
Millonaria fusión
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El actual Gobierno de centro derecha acaba de darle una buena noticia a Clarín al aprobar la millonaria fusión entre Cablevisión, su operadora de cable, y Telecom, lo que le permitirá tener el 42% de la telefonía fija, el 34% de la telefonía móvil, el 56% de las conexiones a Internet por banda ancha fija, el 35% de conectividad móvil y el 40% de tv paga.
El macrismo tiene una muy buena relación con otros diarios y portales formadores de opinión. Los medios que se le oponen (el diario ‘Página 12’, el canal C5N) han comenzado a tener serias dificultades de distinto orden.