Sigue siendo Emma Suárez la actriz comprometida que siempre ha sido. Se ha metido hasta el tuétano en el infierno de las adicciones, de la mano de un director novel al que admira por su elegancia, Aitor Echeverría. Ni atisbo de duda tuvo al leer el guión: “Hay que hablar de lo que nos pasa, dejar de silenciar el alcoholismo, un asunto demasiado recurrente, porque hemos normalizado su consumo: el alcohol es una droga dura que además de ser legal está en el centro de nuestro universo social”.

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