Jesús María González Borrajo y Juan Miguel Isla, dos empresarios que vivían en Manzanares (Ciudad Real), fueron brutalmente asesinados, en 2019 y 2022, por la misma persona, según la fiscalía: un hombre que era su amigo. Y ese hombre, que gozaba de la confianza de ambos, los mató y arrojó sus cadáveres a dos pozos para apropiarse de su dinero, aprovechando la circunstancia de que estaba ayudándolos con la venta de un coche y de una finca, respectivamente, de acuerdo con las conclusiones del Ministerio Público.
Según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, el fiscal pide 46 años de cárcel para Antonio Caba por dos delitos de asesinato, 23 años por cada crimen, y le imputa los mismos delitos a su cómplice, Gaspar Rivera, un jubilado con problemas con el juego que habría ayudado a Caba en los dos asesinatos por motivos económicos.
La UCO encontró los cadáveres
Para Rivera la fiscalía solicita 19 años de prisión. Le aplica una atenuante que le rebaja la pena porque, al contrario que Caba, Rivera sí ha confesado su participación en los hechos. Eso sí, solo colaboró cuando la UCO de la Guardia Civil ya los había acorralado a los dos y había encontrado los restos de uno de los empresarios en uno de los dos pozos donde los arrojaron y mantuvieron ocultos, mientras las familias de las víctimas denunciaban su desaparición y los buscaban sin descanso.
El juez del caso ha decidido que los dos asesinatos se juzguen de manera conjunta. Será un tribunal del jurado el que decida el futuro de Caba y de Rivera, que están en prisión a la espera de juicio.
José María González y Juan Miguel Isla fueron asesinados, sus cadáveres fueron arrojados a dos pozos en la provincia de Ciudad Real. / SUCESOS
Un Mercedes
Según el escrito del fiscal, el primero de los empresarios, Jesús González, de 54 años y que estuvo desaparecido durante cuatro años, fue asesinado el 19 de junio de 2019, tras citarse con Antonio Caba en una nave de Manzanares. El empresario quería vender un coche, un Mercedes de su propiedad, y Caba le aseguró que tenía un amigo dispuesto a comprarlo. Aquella tarde, Caba debía entregar al empresario 14.000 euros en efectivo de la venta de ese vehículo.
«Fue en ese instante cuando el acusado, Antonio Caba, que tenía problemas económicos por entonces, acabó con la vida de Jesús María González de forma no determinada aún, en todo caso violenta, logrando hacer suyo el dinero de la venta del Mercedes», concluye el fiscal en su escrito.
En bolsas de basura
Con el empresario ya muerto, Caba llamó al otro acusado, Gaspar Rivera, para que le ayudara a deshacerse del cadáver. «Mediante el empleo de armas u objetos cortantes con los bordes aserrados, ambos procedieron a descuartizar el cuerpo del fallecido, guardando luego el torso en una manta y la cabeza y los miembros superiores e inferiores en varias bolsas de basura«, señala la fiscalía.
Acto seguido, Caba y Rivera trasladaron los restos del empresario en coche hasta una finca que Caba solía usar pero que era propiedad de «un amigo suyo» y, una vez allí, «quemaron el torso de Jesús María en una chimenea que había en el interior de la casa».
A 80 metros de profundidad
Según detalla el fiscal en su escrito, los dos acusados «se dirigieron luego a otra finca donde arrojaron las bolsas de basura que contenían la cabeza y los miembros de la víctima a un pozo de sondeo de unos 80 metros de profundidad y 40 centímetros de diámetro, tirando varias piedras de distintos tamaños por encima».
Los restos de González Borrajo fueron recuperados por la UCO de la Guardia Civil el 6 de junio de 2023, en tan mal estado que la autopsia no ha permitido conocer cómo lo asesinaron.
Segundo crimen
Dos años y medio después de ese primer crimen, Antonio Caba y su compinche «acordaron nuevamente ejecutar unos hechos similares», defiende el fiscal en su escrito. La víctima fue otro empresario de la zona, Juan Miguel Isla, de 58 años y padre de dos hijos.
De acuerdo con el relato que hace el Ministerio Público, en el año 2022 Caba estaba mediando para vender la finca ‘Monte Milla’, propiedad del empresario, que iban a adquirir dos hermanos por 1.350.000 euros. Los compradores habían hecho un primer pago inicial a Isla de 400.000 euros, mediante dos transferencias bancarias.
Luego, Antonio Caba acompañó en distintas ocasiones al empresario a un pueblo cercano, La Solana, para que cobrara el resto. El 22 de julio de 2022 fue uno de esos días. Isla y Caba se vieron con los compradores de la finca y estos entregaron al empresario «una bolsa de plástico con 50.000 euros en efectivo».
Cuando Isla y Caba volvieron a Manzanares con el dinero aquella mañana, se dirigieron a la finca ‘La Mejorada’, propiedad del empresario. Allí, según el fiscal, «de forma aún no determinada, pero en todo caso violenta, el acusado acabó con la vida de Juan Miguel Isla Fernández, logrando apoderarse de los 50.000 euros«.
Sumisión química
Respecto a cómo fue asesinado Isla, el fiscal apunta a que el hombre pudo morir de dos formas: o bien sufrió «la destrucción de centros vitales, cerebrales, con fractura nasal y hemorragia cerebral» o falleció como consecuencia de una herida incisa provocada por arma blanca en la ingle izquierda, que le produjo una hemorragia en la arteria femoral».
Lo que sí reveló la autpsia realizada a Isla es que el empresario pudo ser víctima de sumisión química antes de ser asesinado: el hombre tenía en su cuerpo restos de venlafaxina, un fármaco antidepresivo que ningún médico le había prescrito. Este extremo todavía se sigue investigando y se tienen que aportar varios informes a la causa en las próximas semanas, pero el fiscal no descarta que los acusados «emplearan con la víctima un fármaco antidepresivo y su metabolito como método de sumisión para aplicar con posterioridad otros mecanismos violentos».
Al dia siguiente del crimen, Gaspar Rivera ayudó a Caba a esconder el cuerpo en una finca de Valdepeñas, sostiene el fiscal. «Ambos acusados arrojaron a un pozo que allí había el cadáver de Juan Miguel Isla», cuyos restos fueron rescatados por la UCO el 13 de marzo de 2023.
