Una de las instituciones más antiguas y persistentes en la historia de la humanidad es, sin duda, la familia. A lo largo del tiempo este concepto ha evolucionado notablemente, adaptándose a nuevas realidades sociales, políticas y culturalTAes.
Hoy la familia ya no es solo ese núcleo tradicional que se entendía hace siglos: sino un espacio amplio, flexible y diverso, que refleja tantas formas de vida como personas existen.
Sin embargo, incluso en medio de todos estos cambios, hay un rito que ha mantenido su esencia casi intacta: el matrimonio.
Más allá de sus distintas expresiones según la cultura o la época, el matrimonio conserva ciertos elementos que se repiten una y otra vez: el compromiso público, la celebración colectiva, la formalización de un vínculo emocional y legal son algunos de los rasgos comunes que cruzan fronteras y generaciones. Y dentro de este marco, uno de los momentos más simbólicos y esperados sigue siendo la luna de miel.
La luna de miel en Murcia
Aunque con significados y formas diferentes según la tradición, ka luna de miel ha representado de toda la vida primer instante de intimidad conyugal tras la celebración oficial del amor. Es una especie de “escapada ritual” en la que las parejas se aíslan del entorno cotidiano para consolidar su unión, crear recuerdos y comenzar su vida conjunta desde un lugar especial.
En España esta etapa no solo se entiende culturalmente sino también legalmente: las parejas tienen reconocidos quince días para disfrutar de su luna de miel, según establece el Estatuto de los Trabajadores.
En la sociedad actual (donde las redes sociales dictan tendencias, el turismo de lujo se asocia a estatus y todo parece estar diseñado para ser instagrameable), los destinos para luna de miel suelen sonar tan glamurosos como lejanos: Bali, Maldivas, Santorini o incluso París encabezan los rankings.
Pero cada vez más las personas que sin embargo se están alejando de esa idea de “viaje cuanto más lejos mejor” y están empezando a mirar más cerca. Por conciencia ecológica, por sostenibilidad o, simplemente, porque entienden que no hace falta cruzar el planeta para vivir algo mágico. España, con su enorme diversidad paisajística y cultural, se convierte así en una opción cada vez más sólida para disfrutar del amor sin necesidad de pasaportes ni escalas eternas.
Y dentro de ese mapa nacional de escapadas románticas, Murcia está comenzando a destacar como uno de los destinos preferidos para los recién casados. La Región no solo ofrece buen clima, gastronomía, tranquilidad y precios razonables, sino también alojamientos que nada tienen que envidiar a los de otras latitudes. Según las valoraciones de los usuarios en Tripadvisor, hay dos resorts que se han ganado el corazón de las parejas que han decidido celebrar su luna de miel allí.
Ona Mar Menor Golf & Spa (Torre-Pacheco)
Este resort es una joya para quienes buscan una experiencia elegante, relajada y con todos los servicios. Situado en el interior de una urbanización tranquila y segura, cuenta con habitaciones espaciosas con bañera de hidromasaje, terrazas con vistas al campo de golf y una atmósfera ideal para descansar a gusto.
Los huéspedes destacan especialmente la piscina climatizada, el spa, la comida del restaurante Nomad y la atención del personal. Además, el hecho de estar cerca de bares, supermercados y contar con servicios como gimnasio o pista de tenis lo convierte en un lugar donde no falta absolutamente nada.
Los precios varían según los servicios contratados, pero rondan entre los 122€ y los 194€ por noche, incluyendo opciones con desayuno y cena. Las valoraciones lo sitúan como una opción sólida para escapadas de pareja, sobre todo si se busca desconexión sin renunciar al confort.
Casas Rurales Ventaseca (El Romero)
Muy distinto en estilo, pero igual de especial, este alojamiento es perfecto para quienes prefieren algo más íntimo, rural y acogedor. Se trata de un complejo de casas individuales rodeadas de naturaleza, con capacidad para reuniones familiares o escapadas románticas en grupo pequeño.
Ofrece piscina, jacuzzi, barbacoa y zonas comunes para disfrutar del buen tiempo o celebrar en privado. La decoración, el entorno y el trato de los anfitriones (mencionados con cariño en varias opiniones) hacen de esta casa rural una alternativa menos convencional pero profundamente satisfactoria.
La ubicación también es un punto a favor: desde El Romero se puede acceder fácilmente a Cartagena, Lorca o Murcia capital, lo que permite combinar relax con visitas culturales.