Su nombre es sinónimo de récords, de superación y de proezas asombrosas. A los 19 años, Teresa Perales (Zaragoza, 1975) perdió la movilidad en ambas piernas a causa de una neuropatía. Fue entonces cuando se tiró a la piscina y comenzó una carrera que le ha llevado a cosechar los más altos galardones como nadadora paralímpica. Así, este mismo verano obtuvo su 28ª medalla en los Juegos Olímpicos de París, el mismo número obtenido por Michael Phelps, el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos y a quien la aragonesa sueña con superar («Me van los retos», explica).

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