“No llores, que el Tour es histórico”

“Nena, no llores, que el Tour es histórico y no lo volverás a ver en la vida”. El padre, que habla, casi chilla, en catalán a su hija, una niña rubia de unos ocho años, es el que se emociona en Montpellier. Los niños, a veces, se agobian con tanta gente y tanto calor, son más bajitos y todavía les cuesta más que a los mayores ver a los corredores o lanzarse a los regalos que tira la caravana publicitaria, que muchas veces hacen más las delicias de los padres que de los menores.

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