Lágrimas de cocodrilo

Sumar sostiene que sus socios socialistas en el Gobierno están en «shock» y no son conscientes de la gravedad de la corrupción. La coalición que encabeza Yolanda Díaz, por lo que parece, tampoco es consecuente de ello, dado que está dispuesta a seguir manteniendo su pacto de legislatura junto a unos corruptos. Y es posible, además, que solo se baje de ese autobús en la misma parada que el propio Pedro Sánchez. En cuanto a las diferencias de criterio al juzgar la situación son simplemente escénicas: Sumar se refiere a la corrupción de sus socios como bochornosa o vergonzante, mientras que los ministros y el PSOE no dejan de calificar de «doloroso» y hasta «desgarrador» –este es el adjetivo que más emplea la portavoz Alegría y su coro plañidero– el encarcelamiento del hasta hace pocos días secretario de organización socialista y mano derecha en el partido del presidente del Gobierno. ¿Por qué desgarrador? ¿No quedamos en que se está actuando con contundencia frente a la corrupción? Pues alegrémonos de que la Guardia Civil y los jueces hagan su trabajo y los mangantes –supuestos mangantes como es natural– vayan de cabeza a la trena. Lo deseable sería derramar menos lágrimas de cocodrilo y dar una respuesta verdaderamente ejemplar, asumiendo cada uno la responsabilidad que le corresponde.

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