El Girona empieza a ver la luz al final del túnel. Más bien, ya ha recorrido la mitad del camino. El equipo de Míchel rompió una racha de once jornadas sin ganar con un partido muy serio ante un Mallorca estéril. El destino quiso que fuera el capitán Cristhian Stuani el encargado de marcar el único tanto del partido. Tenía que ser él quien rescatase a su querido Girona, muy tocado y demasiado cerca de hundirse. Esta vez, no apareció ningún Munir en el descuento -como en Butarque- para evitar sumar tres puntos vitales.
Los últimos malos resultados dejaron una cosa clara: había que jugársela con Stuani y Portu. Superado el susto por el posible aplazamiento del duelo por el mal tiempo, Míchel aprendió la lección y repitió con ambos en el once inicial, del que no formó parte un pilar como Miguel Gutiérrez, por problemas físicos.
Stuani, siempre al rescate
El Girona salió concentrado, sin margen para errores. Y la alegría no tardó: a los 10 minutos, Stuani fusiló con violencia a Greif tras cazar un rechace en el área. Montilivi empezaba a creer gracias a su mejor arma, que, con 38 años, sigue siendo un killer letal.
El Mallorca mostró debilidad atrás y los rojiblancos lo intentaron con balones largos. Cinco minutos después llegó una ocasión calcada al primer gol: Yangel Herrera peinó para poner a correr a Portu, pero el murciano pecó de individualista.
El conjunto balear no inquietaba a Gazzaniga. Arrasate fue prudente con Muriqi y dejó solo a un Larin en la punta de ataque que no pudo hacer absolutamente nada gracias al excelso marcaje de David López. Aun así, un misil espectacular de Darder obligó al meta argentino a volar para evitar el 1-1. Antes del descanso, fue Yangel Herrera quien lo intentó desde lejos, asustando a Greif. La sensación era clara: el Girona se podría haber marchado al descanso con más ventaja en el marcador.
Paulo Gazzaniga, portero del Girona / David Borrat / EFE
Con el partido contra el Leganés en la mente, el Girona buscó el segundo tanto con insistencia en la segunda parte, pero Greif sostuvo a los suyos: primero con un disparo lejano de Yangel, luego con un mano a mano a Portu en el 66’.
Un paso atrás que casi sale caro
Parecía que la última media hora sería un suplicio para el Mallorca, pero el que sufrió fue el Girona. El miedo a encajar y perder dos puntos cruciales se adueñó de los hombres de Míchel, que cerraron el partido embotellados en su área tratando de frenar a Muriqi en el juego aéreo.

El delantero uruguayo del Girona Cristhian Stuani celebra la victoria, al término del partido de LaLiga de fútbol que Girona FC y RCD Mallorca han disputan este lunes en el estadio de Montilivi / David Borrat / EFE
Stuani y Portu no podían contener los nervios en el banquillo. Míchel tampoco en la banda. El pitido final se celebró en Montilivi como la permanencia. Con 38 puntos, el Girona escaló hasta la decimoquinta posición, a seis de la UD Las Palmas (18º), quedando doce por jugar. Aunque el trabajo no está hecho, ahora sí se respira cierta tranquilidad en territorio ‘gironí’.