Gustavo Petro eligió nada menos que el 1 de mayo para radical oficialmente en la cámara baja del Congreso la solicitud para que los colombianos voten en una consulta popular 12 preguntas relacionadas con la ambiciosa reforma laboral que promueve el presidente. «El Senado de la República tiene su derecho a decidir, pero lo que se va a decidir no es de poca monta«, dijo el mandatario de izquierdas durante un discurso de una hora en el que blandió la espada de Simón Bolívar como símbolo de una lucha contra el «filibusterismo» y las maquinarias legislativas que solo «firman leyes para los más poderosos de Colombia».
Petro, dijo el diario ´El Espectador`, le pasó de esta manera «la pelota al Senado, con advertencia de por medio, para que le den el visto bueno a la última gran apuesta de su administración» antes de que finalice su período iniciado en agosto de 2022. El Gobierno quiere que la sociedad tenga la posibilidad de pronunciarse sobre el derecho un trabajo de ocho horas, una paga especial durante los días de descanso dominical o festivo, las licencias de los trabajadores para atender problemas médicos y la contratación por parte de las empresas de al menos dos discapacitados por cada 100 trabajadores, entre otros asuntos.
Los senadores cuentan ahora con un mes para dar luz verde a la iniciativa. Petro descartó los rumores de un intento de cerrar el Congreso si los senadores vuelven a darle la espalda. «Creen que vamos a entrar con una estampida, que pudiéramos. No señor, somos respetuosos de la libertad humana. Pero no somos pendejos. Cada nombre propio votando en contra de los derechos de Colombia debe ser mostrado y desnudado».
El presidente volvió a colmar la Plaza Bolívar para pasar a la ofensiva. Se realizaron actos en otras ciudades del interior. «En todas las plazas públicas, millones de personas en respaldo a las preguntas de la reforma laboral para que el Senado apruebe la consulta popular. La espada de Bolívar en manos del pueblo». La propuesta presidencial, añadió, «ha despertado a la clase obrera». Con la demostración de fuerza. Petro busca, según analistas, condicionar a un Senado con el que no tiene una buena relación. «Para muchos hoy, con la presentación de la consulta, empieza la lucha«, dijo el portal ´La Silla Vacía».
En el texto presentado se explicita que los senadores tienen como plazo máximo el primero de junio pronunciarse. De hacerlo de manera favorable, la consulta popular sería convocada antes del 1 de septiembre. El documento deja constancia de que hubo una «renuencia de los poderes públicos» para abordar la cuestión de la reforma laboral. Fue el Senado el que rechazó el proyecto, semanas atrás. «Archivar esta iniciativa sin permitir su discusión en condiciones sustanciales equivale a frustrar una política pública estructural de justicia social y a desconocer compromisos del Estado respecto de los trabajadores y trabajadoras de Colombia». En ese contexto, el Gobierno considera que la consulta popular «se convierte en la herramienta que permite al pueblo expresarse, en las urnas ante la renuencia del poder legislativo».
Las 12 preguntas divulgadas días atrás han sido objeto de correcciones a los efectos de ganar apoyos de sectores de la oposición. Petro cuenta con los votos del oficialismo, el partido Comunes y algunos representantes del partido Verde. El principal escollo se presenta en parte de los senadores de los partidos Liberal, que tiene su propio proyecto de reforma laboral, así como los partidos Conservador, de la U, y el Centro Democrático, la formación de derechas que lidera el expresidente Álvaro Uribe.
«Si el Senado no toma decisión, yo puedo expedir por decreto la convocatoria a Consulta Popular. Si se hace la consulta y gana el sí, en el umbral que dice la norma, entonces el Congreso tiene dos periodos constitucionales para aprobar las leyes que hacen realidad el sí en la pregunta. Si el Congreso no lo hace, el Presidente lo hace por decreto. Esa es la norma. Esa es la fuerza del pueblo y la importancia de una decisión popular masiva», sostuvo el jefe de Estado.