La junta del Sabadell ha vuelto a casa ocho años después y la oferta de compra (opa) del BBVA, que explica el retorno junto con la llegada de Salvador Illa a la Generalitat, ha sobrevolado en todo momento sobre la reunión anual de los accionistas. El presidente del banco, Josep Oliu, ha dado buena prueba de ello, al defender la importancia que tiene la supervivencia en solitario del banco tanto para la comunidad como para el país: «Banco Sabadell es un elemento fundamental del esquema institucional de Catalunya y uno de los soportes principales del sistema financiero en Catalunya, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Asturias, Galicia, País Vasco y de todas las regiones de España«.
Oliu, en esta línea, ha querido subrayar el valor sentimental del regreso de la sede social del banco a Catalunya, tras siete años en Alicante a causa del ‘proces’. «Estoy muy satisfecho de haber podido celebrar esta junta aquí, de vuelta a Sabadell, la ciudad de la que toma nombre el banco, donde nació y donde yo nací. Y además, hacerlo con el banco en su mejor momento, con la acción en una trayectoria ascendente, y con un equipo de dirección joven y bien dirigido por el consejero delegado, César González-Bueno«, ha sostenido. Su intervención ha sido celebrada por un largo aplauso que su número dos ha agradecido: «Ha conseguido emocionarle, cuando es una persona tremendamente pragmática».
Los sindicatos, los primeros en intervenir, se han opuesto a la opa y han aplaudido el regreso a Catalunya (González-Bueno se lo ha agradecido), pero también han planteado quejas laborales y criticado el aumento del sueldo del consejero delegado.
Económico y emocional
En el acto, celebrado en la Fira de Sabadell en presencia de unas mil personas y con intervenciones en castellano y catalán (estas últimas mayores que las habituales durante los años alicantinos), Oliu ha dedicado buena parte de su intervención a explicar los motivos económicos para rechazar la opa del BBVA. En resumen, «haría falta una propuesta de valor muy diferente a la que en su día rechazó el consejo para compensar todos los riesgos y dificultades que esta operación plantea».
Pero también ha puesto mucho énfasis en razonamientos más emocionales y sociales, con la vista puesta en las trabas que el Gobierno puede poner a la operación y la presión que pueda ejercer la Generalitat socialista: «Nuestra entidad tiene un papel único en la vida de las empresas en España. Banco Sabadell ha sido y es uno de los pilares de la creación y del desarrollo de grandes empresas, que en muchos casos empezaron de la mano del banco, y es también vital para la financiación de las pymes, que son la base de la economía de nuestro país».
En la misma línea, ha defendido que la «forma de ser» del banco «se ha forjado en esta ciudad de tradición industrial que es Sabadell, y desde aquí se ha ido desarrollando a lo largo de los años, de la mano de personas extraordinarias que lo han hecho ser lo que es hoy». Y ha apelado al corazón y el bolsillo de los accionistas a la par: «Ustedes tendrán en sus manos la continuidad de este proyecto en el futuro próximo, cuando reciban la oferta de BBVA. Al margen del valor que según los expertos pueda tener, quiero dejarles claro que, si ustedes siguen apostando por la continuidad de nuestro proyecto, como espero, no solo habrán confiado en todas las personas del banco para hacer de dicha decisión la mejor opción económica para ustedes, sino que también habrán contribuido al bien común de este país».