«É un milagre que esté vivo». Son palabras de José Antonio Castro, de A Lagoa (Cee), que esta mañana halló con vida a uno de sus vecinos, de setenta años, tirado en una finca del lugar, donde pasó dos noches a la intemperie.
José Antonio, más conocido en la zona como Zamora, asegura que no lo veía desde el lunes, cuando él mismo lo llevó a Cee, como suele hacer habitualmente. Por la noche, ese día le extrañó no ver la luz encendida en la casa del vecino, pero no le dio mayor importancia. El martes empezó a sospechar que le podría haber pasado algo, porque el pan que le había dejado el panadero seguía colgado en la puerta y no respondía a las llamadas.
Avisó a una prima, que acudió al lugar, pero tampoco consiguió localizarlo, «pero pensou que poidera haber ido con alguén a algún sitio». Por la noche, el martes, José Antonio dio una vuelta por el pueblo a ver si lo localizaba «pero de noite non se vía ben, e non o atopei». Hoy por la mañana decidió, antes de marchar a trabajar, rastrear de nuevo la zona «e atopeino nunha finca, preto da carretera que dá acceso á miña casa, pero non se via, porque a herba está algo alta».
«Pensei que estaría morto, pero ao achegarme vin que respiraba e respondeume. Como na zona non hai cobertura, fun á casa buscar unha colchoneta e unha manta para illalo do chan, e despois fun ata Pereiriña para coller cobertura e chamar ao 112″, afirma. Hasta el lugar fue movilizada una ambulancia, que trasladó al septuagenario al Hospital Virxe da Xunqueira, de Cee, donde quedó ingresado. Presentaba avanzados síntomas de hipotermia, después de dos días a la intemperie.
José Antonio Castro espera que este hecho sirva para que se repare la antena de telefonía que da cobertura a la zona, «porque é un milagre que este home esté vivo, pero máis milagre parece que será que a Lagoa e a parroquia de Lires teñan servizo de telefonía móbil». Señala que su vecino «ten un móbil, que lle dei eu, pero non podía chamar por falta de cobertura».