El término genocidio es obra de Raphael Lemkin, un jurista polaco judío que destacó a principios de los años 40 en el emergente campo del derecho internacional. Lemkin, que perdió a sus padres y a 47 familiares en el Holocausto, acuñó este neologismo para definir «las nuevas formas de violencia política que afligían al mundo», es decir, el intento de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Aquello que Winston Churchill había definido como «el crimen sin nombre».

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