La nueva tarifa regulada de la electricidad, que entró en vigor el 1 de enero de 2024 y tenía como objetivo reducir la volatilidad en la fijación del precio de la luz, está a punto de cumplir un año. Y en este periodo ha tenido un desempeño desigual. Si en sus primeros seis meses supuso un encarecimiento del precio de la energía del 13% de media, en los seis restantes -los datos de diciembre son una estimación- esa diferencia se ha reducido al mínimo, hasta suponer un sobrecoste de apenas el 1,58%, según los cálculos realizados por el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, José Luis Sancha.
Esto implica que la electricidad para los consumidores con tarifa regulada (conocida como Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor, PVPC) ha sido en 2024 un 7% de media más cara de lo que lo hubiera sido sin la reforma. Lo cual no quiere decir que la factura de la luz de estos usuarios se haya incrementado en esa cuantía, pues el precio de la electricidad es solo uno de los cuatro elementos que determinan el recibo, junto a la potencia contratada, los impuestos y los conceptos regulados.
Si antes esta tarifa estaba vinculada completamente al precio de la electricidad en el mercado diario, desde principios de este año el peso de este mercado se reduce al 75%, mientras que el 25% restante corresponde a una cesta de productos a plazo, con distinto horizonte temporal: el 10% correspondería al producto mensual; el 36%, al producto trimestral y el 54% al producto anual. El Gobierno justificó el cambio de metodología para dar estabilidad al recibo de estos consumidores y evitar, así, contagiarles la volatilidad del mercado, después de lo ocurrido tras el estallido de la guerra en Ucrania, cuando la subida del precio de la electricidad en el mercado mayorista disparó la factura de la luz.
Al desvincular parcialmente el coste de los mercados diarios de la electricidad se consigue que el coste del recibo sea más estable y sufra menos cambios. Pero eso no implica una bajada de los precios, sino más bien al contrario: en un escenario de precios bajos la referencia a plazo producirá un encarecimiento del coste de la energía frente al anterior sistema porque los precios de los futuros siempre incluyen una prima al alza y en un escenario de precios altos provocará el efecto contrario.
Más barata a final de año
Eso es lo que ha ocurrido este año, que finalizará con un precio medio del mercado mayorista de alrededor de 60 euros por megavatio-hora, un 28% inferior al del año pasado, el doble que en 2020 y un 36% más que la media de los diez años anteriores. Pero en el cual la primera mitad ha estado marcada por un escenario de precios bajos -a una media de 39 euros por megavatio-hora hasta julio- por la enorme generación renovable, sobre todo hidráulica y solar, y la baja demanda; mientras en la segunda parte, el aumento de la demanda y la menor generación renovable impulsó los precios al alza -hasta una media de 85 euros por megavatio-hora-.
Esto se tradujo en una primera mitad del año en la que la nueva fórmula supuso un encarecimiento de los precios de la electricidad de alrededor del 13%. En concreto, se registró un alza del 4% en enero; del 13,04% en febrero; del 21,89% en marzo; del 21,50% en abril, del 14,54% en mayo y del 5,98% en junio. Mientras que en la segunda parte, la diferencia ha sido menor, hasta el 1,5%, con algunos meses incluso favorables. El sobrecoste fue del 4,22% en julio, del -0,38% en agosto, del 4,99% en septiembre, del 6,15% en octubre, mientras que en noviembre y diciembre fue negativo, del -2,02% en noviembre y del -4,66%, respectivamente.
De hecho, si en los primeros seis meses apenas hubo 12 días con un ajuste negativo, y la mayoría de ellos (9) fueron durante el mes de junio, en el que se produjo un notable incremento de los precios de la electricidad en el mercado diario, en los seis meses siguientes se produjeron un total de 64.
Nueva actualización en 2025
La incorporación de los futuros en el cálculo del precio de la energía es gradual, de forma que este año representa el 25% del precio final, pero cada vez su peso será mayor. Así, a partir del 1 de enero de 2025 el mercado de futuros supondrá el 40% y en 2026 el 55%. Esto significa que ante una situación de volatilidad, estos consumidores estarán cada vez más protegidos que antes, pero al mismo, en situaciones de estabilidad podría suponer, de nuevo, un encarecimiento cada vez mayor del recibo.
El PVPC afecta a unos 8 millones de usuarios, incluidos los 1,6 millones de consumidores vulnerables acogidos a los descuentos del bono social; mientras que el resto de consumidores de luz (unos 20 milones) forman parte del mercado libre –tienen un precio pactado con su comercializadora– que tiene como referencia los niveles del PVPC.
Diciembre, el mes más caro del año
A falta de unos días para terminar 2024, diciembre parece que será el mes con el precio de la luz más caro del año -a una media de 107 euros por megavatio-hora-, un 2% más caro que noviembre y casi un 50% más caro que diciembre de 2023, debido al aumento de la demanda, por la bajada de las temperaturas, y la menor generación renovable que coincide con un precio del gas y del CO2 altos. Esto contrasta con lo ocurrido en abril, que fue el mes más barato de la historia, con un precio medio del mercado mayorista de 13,67 euros por megavatio-hora, un 20% menos que en febrero de 2014, que ostentaba el récord hasta ese momento.
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