El exdirigente malagueño del Partido Comunista de España (PCE) e Izquierda Unida Antonio Romero ha fallecido este viernes a los 69 años. Así lo han confirmado políticos como Toni Valero, coordinador de Izquierda Unida Andalucía, o Antonia Morillas, responsable del mismo partido en Málaga, quienes han lamentado su muerte a través de sus perfiles en redes sociales. 

Nacido en Humilladero, en Málaga, sus compañeros lo definen como una persona «humilde, comunista, republicana y andaluza por los cuatro costados«. Toni Valero, en concreto, dice de él que tenía «una mente privilegiada, un compromiso inquebrantable». «Llevaba donde fuera el cariño y fraternidad de quien siempre se supo parte de los más humildes», ha declarado a través de su cuenta de X.

Romero llevaba años sufriendo la enfermedad de párkinson, que le retiró de la vida pública en el año 2008. Eso provoca que muchos jóvenes no sepan quién fue este histórico dirigente de izquierdas, pero Romero fue, lo que se puede llamar, un auténtico personaje de la política. 

Se afilió al Partido Comunista en 1972, aún en la clandestinidad, y al sindicato Comisiones Obreras. Fue, por tanto, uno de los pioneros en la refundación de la izquierda en este país tras muchos años de dictadura franquista. 

Eso le permitió ser diputado en el Parlamento andaluz entre 1982 y 1989, una labor que compaginó con su presencia en el Senado durante tres años. Era combativo y de ahí dio el salto al Congreso de los Diputados, donde fue diputado por Málaga entre 1989 y 1995. 

Pese a ser de izquierdas, fue uno de los azotes del entonces presidente socialista Felipe González. De hecho, según apuntan varias fuentes, eso provocó un enfrentamiento de tal calibre entre ambos que le impidió ser alcalde de Málaga en 1995. 

Las elecciones a la alcaldía de Málaga de 1995 fueron uno de los temas más candentes a escala nacional porque los tres candidatos eran muy conocidos en todo el país por sus apariciones en televisión. Celia Villalobos (PP), Eduardo Martín Toval (PSOE) y Antonio Romero (IU). 

Villalobos ganó esas elecciones, pero sin mayoría absoluta. Un pacto entre IU y PSOE le daba la alcaldía a Romero porque IU, por primera vez, había sacado más votos que los socialistas en Málaga. 

Romero tenía clarísimo que sería regidor. Y lo iba proclamando a los cuatro vientos. Todo el mundo lo daba por hecho. Pero desde el PSOE dijeron que no. González no dio su visto bueno y Villalobos se quedó gobernando en minoría. 

El ex dirigente de IU decía que él era el «alcalde moral» de Málaga porque, de haberse producido ese pacto natural entre los dos partidos de izquierda, ese habría sido el resultado. Pero nunca fue alcalde. Y, curiosamente, fue el inicio de la era del PP en Málaga, que no ha dejado la alcaldía desde aquel 1995. Primero con Villalobos y posteriormente con Francisco de la Torre. 

Romero seguía siendo uno de los referentes de IU junto a otras figuras como la de Cristina Almeida y en 1997 fue nombrado coordinador general del partido en Andalucía sustituyendo a Luis Carlos Rejón. Estuvo tres años. Volvió a ser diputado en el parlamento andaluz entre 2000 y 2008, cuando se marchó de la política por el inicio de la enfermedad y entró en su lugar José Antonio Castro.

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