Islandia, un país pionero en el empleo de energías limpias y con larga tradición en la materia, proyecta ahora un sistema realmente innovador para optimizar la obtención de energía solar. Se trata, ni más ni menos, que de obtener la energía del Sol a través de un satélite artificial en órbita que enviaría a la Tierra el flujo resultante.
Los responsables de este proyecto quieren poner en marcha el nuevo sistema para 2030, si bien es cierto que no será algo fácil, pues el satélite requerido, para empezar, es especialmente complejo y costoso.
Las empresas islandesas Reykjavik Energy y Transition Labs, junto a la británica Space Solar, han formado una alianza para desarrollar una central solar en órbita terrestre que genere hasta unos 30 megavatios de electricidad.
Los impulsores de la iniciativa afirman que, con esa cantidad, se podría abastecer a entre 1.500 y 3.000 hogares en Islandia. Pero para 2036 está previsto escalar el proyecto para que el flujo de energía sea aún mayor.
Sin interrupciones por nubosidad
Space Solar ha emitido un comunicado en el que afirma que podrá suministrarse energía “independientemente del tiempo o la nubosidad, y con unos costes de electricidad similares a los de las energías renovables intermitentes”, en alusión a las interrupciones que sufren la fotovoltaica o la eólica cuando hay nubosidad o escasez de viento. En este caso, recalcan, el suministro sería continuo.
«La energía solar espacial ofrece ventajas incomparables, con costes energéticos competitivos y disponibilidad 24 horas al día, 7 días a la semana«, ha afirmado Martin Soltau, codirector ejecutivo de Space Solar.
El funcionamiento del sistema consiste en absorber la luz solar en el espacio a través de un gran satélite que permanecerá en órbita alrededor de la Tierra e irá provisto con paneles solares. El satélite transmitirá la energía a través de ondas de radio hasta una estación situada en la superficie de la Tierra, donde se efectuará su transformación en electricidad.
Ahora bien, el satélite deberá ser necesariamente grande, hasta el punto de que sería el objeto más pesado que se haya lanzado al espacio. Según el proyecto, debería ser mucho más grande que la Estación Espacial Internacional (EEI).
Un panel colector de 1,7 kilómetros de diámetro
De hecho, según la web de SpaceSolar, el panel colector pesaría 2.000 toneladas, tendría un diámetro de 1.700 metros y estaría en una órbita geosincrónica a 35.786 kilómetros. Cassiopeia Solar, que así se llamaría este singular satélite-panel gigantesco, enviaría su señal a la Tierra mediante ondas de radio hasta una estación de unos cinco kilómetros de diámetro.
No es un proyecto nuevo, pues ha habido otros ensayos recientes. En febrero de 2024, ingenieros del Instituto Tecnológico de California (Caltech) demostraron que sí es posible obtener la energía solar desde el espacio, aunque en esa ocasión solo fueron capaces de enviar milivatios a la Tierra, es decir, muy lejos de los objetivos del ambicioso proyecto.
Sin embargo, los impulsores del proyecto se muestran convencidos de su potencial. De hecho, afirman que no solo Islandia podrá beneficiarse de la energía solar ‘espacial’, puesto que creen que Canadá o Japón son lugares también idóneos para ubicar estaciones receptoras.
“A medida que el mundo se enfrenta a la urgente necesidad de alcanzar las cero emisiones, la tecnología escalable de Space Solar ofrece una solución crucial. Un análisis independiente realizado por el Imperial College de Londres indica que la inclusión de 8 GW de energía solar espacial en el mix energético del Reino Unido podría suponer más de 4.000 millones de libras anuales en reducción de costes del sistema”, señala el comunicado de SpaceSolar.
Información del proyecto: https://www.spacesolar.co.uk/our-technology/
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