En las elecciones municipales de mayo de 2023 un nuevo fenómeno político nació en Cataluña. Una desconocida Sílvia Orriols se alzaba con la mayoría en el Ayuntamiento de Ripoll (Girona) al frente de un nuevo partido político, Aliança Catalana (AC), con un discurso en favor de la independencia y en contra de la inmigración, especialmente la de cultura islámica. Lo hacía en el corazón de la Cataluña independentista con un discurso contra el procés, y en la cuna de de los terroristas yihadistas que en 2017 atentaron en Barcelona y Cambrils.

Por eso muchos circunscribieron el fenómeno a Ripoll. Pero en un año Aliança ha dado el salto a la política autonómica y entrado en el Parlament con dos diputados, la propia Orriols por Girona y Ramon Abad por Lleida. Lo ha hecho con un discurso que ya condiciona la estrategia de partidos como Junts, centrado ahora en reformular las políticas de inmigración en sus negociaciones con el PSOE.

Durante este periodo, el politólogo Xavier Torrens ha seguido el crecimiento y consolidación de Aliança para retratar ese proceso en ‘Salvar Cataluña’ (Editorial Pòrtic). «A todo profesor universitario le encanta encontrar un tema realmente nuevo» reconoce Torrens al explicar la génesis del libro. Es una investigación de un año, con un centenar de entrevistas, prácticamente una decena a la propia Orriols, pero también a afiliados y concejales de AC y de la oposición. Un trabajo con una conclusión inquietante para los rivales de Orriols: Aliança superará el centenar de concejales en las próximas municipales, y con esa plataforma, será determinante en el próximo Parlament.

Pregunta.- ¿Qué distingue Aliança de otros partidos anti inmigración como Plataforma por Cataluña o el Front Nacional, que se han diluido tras conseguir representación institucional?

Respuesta.- Cuando surgió PxC vi que le fallaba algo básico en un partido nacional-populista: tener un líder carismático. Sílvia Orriols sí tiene ese carisma. Igual que Marine Le Pen en Francia o Giorgia Meloni en Italia. En 2023 se convierte en la primera alcaldesa nacional-populista de cierto tamaño en España -Vox no tiene ningún alcalde de un municipio similar- y un año ha conseguido la alcaldía y ser diputada. Es un ascenso fulgurante.

P.- Son dos diputados en el Parlament.

R.- Cuando Meloni se presenta por primera vez a las elecciones consigue un 3,7% de los votos; es el mismo porcentaje, clavado, que ha conseguido Orriols en Cataluña. Meloni ha pasado de ese 3,7% a primera ministra. En Portugal Chega! Empezó con un diputado en 2019 y en 2024 tiene 50 diputados. Una de las características de estos partidos es un ascenso fulgurante.

Cuando Meloni se presenta por primera vez a las elecciones consigue un 3,7% de los votos; es el mismo porcentaje, clavado, que ha conseguido Orriols en Cataluña

P.-  ¿Qué hay de espontáneo y qué de estudiado en el explosión del fenómeno Orriols en redes sociales?

R.- La televisión comarcal entrevistó a Orriols en la campaña de las municipales. Esa entrevista tuvo más de 20.000 visualizaciones, pese a que Ripoll tiene algo más de 10.000 habitantes. En las redes sociales llega a la Diada con 75.000 seguidores. Esto ha pasado con Jair Bolsonaro, Donal Trump o Le Pen.

Las redes sociales son una de las claves del nacional-populismo, junto con el desprecio a los medios de comunicación y los periodistas. En el caso de Orriols la clave a nivel local fue Whatsapp y a nivel autonómico X, el antiguo Twitter, acompañado de otras redes.

P.- ¿Cómo consigue una administrativa de una capital de comarca del interior de Cataluña llegar a esa excepcional gestión de las redes sociales?

R.- De entrada, su personalidad es un elemento fundamental. Pero tiene apoyos, claro. El ideólogo del partido es Jordi Aragonès, que viene de la antigua CiU. Aragonès -que es primo del ex president Pere Aragonès– militaba en Unió no porque fuera demócrata-cristiano, era neoconservador pero se apuntó a Unió porque era el partido más a la derecha dentro del catalanismo. Ahora ha contribuido a crear el partido más a la derecha dentro del independentismo. Junto a él, el secretario de organización, Oriol Gès, también había militado anteriormente en partidos pequeños de la órbita de ERC. Estos son sus apoyos, pero lo fundamental ha sido un trabajo bastante artesanal emulando a otros partidos nacional-populistas.

Aragonès preparó la campaña electoral emulando a Steve Bannon, pero sabía que en la campaña solo podía abordar dos o tres temas, y se centró en seguridad e inmigración

Aragonès preparó la campaña electoral emulando a Steve Bannon -primer ideólogo de Trump-. El programa de Aliança tiene más de 30 puntos, pero sabía que en la campaña solo podía abordar dos o tres temas, al estilo de Bannon. Se centró en seguridad e inmigración. Hubo quien les reprochaba que no hablaran de independencia, y ahí aplicó un criterio de marketing político: todos sus posibles votantes sabían que eran independentistas, no hacía falta un mensaje redundante en este punto. Se centraron en algo distintivo: trasladar la percepción de que hay mucha inseguridad supuestamente provocada por la llegada de inmigrantes. Si eso lo combinamos con el carisma de Orriols, era la oportunidad.

Hay que tener en cuenta también el contexto internacional, con una marcada tendencia al crecimiento de movimientos nacional-populistas. No solo el Gobierno de Meloni en Italia o el primer puesto de Le Pen en las elecciones francesas. En los países escandinavos han tenido primeros ministros, Trump puede volver a ser presidente de USA. Estamos en un momento de auge del nacional-populismo en el mundo occidental.

P.- Afirma en el libro que los atentados de Barcelona y Cambrils están en el origen de Aliança pero no explican su explosión.

R.- Muchos creen que los atentados son la causa del ascenso de Aliança, yo mismo lo pensé inicialmente. No es así. En las elecciones municipales de 2019, dos años después de los atentados, Orriols solo consigue 500 votos y un concejal. El crecimiento de AC es multicausal y los atentados del 17-A están ahí, pero la clave está en llegar a una institución para tener la oportunidad de difundir su ideología nacional-populista.

De hecho, cuando Orriols entra en el Parlament advierte ‘me da igual tener solo dos diputados, ahora ya tengo la caja de resonancia que quería’. Esa es la clave. Por eso creo que en las municipales de 2027 Aliança conseguirá más de 100 concejales en Cataluña. Y si Salvador llla consigue acabar la legislatura y Orriols tiene esos concejales antes de las próximas elecciones autonómicas puede escalar muchas posiciones en el Parlament.

Aliança conseguirá más de 100 concejales en Cataluña y Orriols tiene esos concejales antes de las próximas elecciones autonómicas puede escalar muchas posiciones en el Parlament.

P.- En su libro es muy crítico con el modo en que se gestionó el duelo de los atentados del 17-A -perpetrados por seis jóvenes vecinos de Ripoll de origen marroquí- y el miedo a señalar al terrorismo yihadista como el culpable de las muertes.

R.- En Ripoll el atentado sigue siendo un tema tabú en el espacio público, excepto para Orriols. Eso es un grave error. Se debería haber combatido el islamismo radical y la islamofobia a la vez. Combatir solo uno de los dos problemas es un gravísimo error que no han cometido en Francia, Alemania o Estados Unidos, gobierne quien gobierne.

Este año se inauguró el primer monumento en homenaje a las víctimas en Ripoll y han vuelto a cometer el mismo error. Fueron todas las fuerzas de seguridad, pero no fueron los partidos de la oposición. En su última intervención en el Parlament lo primero que reprochó Orriols a Illa fue que no asistiera a la conmemoración de los atentados, el 17 de agosto, porque se fue de vacaciones.

Aquí se comete una y otra vez ese error: Se instrumentalizan los atentados terroristas y no tenemos una política de Estado frente al terrorismo yihadista. Pasó el 17 de agosto y también en los atentados de Atocha, y se sigue arrastrando ese error.

Los partidos se han equivocado no abordando el tema del terrorismo yihadista como hay que abordarlo, como una política de Estado y sin diferencias ideológicas

P.- Habla dela instrumentalización de los atentados. En Cataluña quien más rédito les ha sacado es Aliança.

R.- Lo que tengo claro es que los otros partidos se han equivocado no abordando el tema del terrorismo yihadista como hay que abordarlo, como una política de Estado y sin diferencias ideológicas. A Sílvia Orriols le ha ido bien para ese discurso en el que ella misma se califica de islamófoba. Se tendría que haber hecho una crítica rotunda al atentado calificándolo como lo que es, un atentado yihadista o islamista radical, sin caer en la óptica de Orriols, que confunde todo el islamismo con el islamismo radical.

P.- Esta semana se ha vivido en Tarragona otra polémica en este sentido por la participar de un conferenciante con discursos muy machistas en una conferencia islámica. Y sólo Vox lo ha denunciado.

R.- El islamismo radical no solo hay que criticarlo, hay que rechazarlo y si entra dentro del derecho penal, perseguirlo judicialmente. Esto es habitual en Francia, Alemania, Estados Unidos, Suecia o Gran Bretaña. Lo extraño es lo que pasa en España.

P.- ¿A qué lo atribuye?

R.- En España tenemos la postura del nacional-populismo que dice que todo el Islam es contrario a occidente y la democracia. Esto solo es cierto en el islamismo radical, que es misógino, machista, sexista y LGTBIfóbico. Es el supremacismo dentro del mundo musulmán, similar al supremacismo blanco y por tanto es una amenaza.

Y tenemos al resto de los partidos, que por miedo a crear un prejuicio contra la comunidad musulmana y caer en la islamofobia lo oculta, lo invisibiliza y calla frente al islamismo radical.

La tercera vía, que es la normal en los países de nuestro entorno, es reconocer que tanto la islamofobia como el islamismo radical son problemas que tenemos que atajar. Es la postura que más fortalece la democracia y de hecho es la postura más europea. La rareza la tenemos en España.

Reconocer que tanto la islamofobia como el islamismo radical son problemas que tenemos que atajar es la postura que más fortalece la democracia

P.- ¿Funcionan los cordones sanitarios contra los partidos nacional-populistas?

R.- No funcionó en Ripoll. Orriols era la única concejal y todos estaban contra ella. ¿Qué consiguió con eso? Aparecer como víctima, como la única en contra del establishment político. El día de las elecciones autonómicas Orriols se presentó con una camiseta negra con la leyenda ‘Revuelta’, vestida como un militante de Sumar o la CUP. Lejos de la imagen estereotipada de la extrema derecha.

P.- De hecho la imagen de los militantes de AC se acerca mucho más a la CUP que ha Vox.

R.- Es una de las diferencias entre AC y Vox, que también es un partido nacional-populista pero con un discurso más conservador, o anticuado. Vox se parece a Víctor Orban, a Alternativa por Alemania o al nacional-populismo de Polonia. Están en contra del aborto, la eutanasia, quieren una familia tradicional … en todos los temas de carácter moral son muy conservadores.

Aliança está en la órbita de partidos como el de Geert Wilders en Holanda o los de los países nórdicos. Varias veces al año Orriols cuelga la bandera del arcoíris, símbolo LGTBI, en el Ayuntamiento de Ripoll; tres de los máximos dirigentes de Aliança son homosexuales, tiene un discurso sobre la mujer mucho más moderno que Vox, no tocarían la Ley de aborto, son favorables a la eutanasia…

P.- Y esas diferencias se traducen en la distancia estética.

R.- Exacto. Hay gente que no entiende cómo los votantes estadounidenses ven a Donald Trump como un antisistema siendo millonario, pero él hace un discurso anti-Washington. Sílvia Orriols lo tiene incluso mejor: ella ha sido mileurista, viviendo con cinco hijos y su pareja en un piso de 70 metros cuadrados. Nadie le puede reprochar pertenecer al establishment económico y político. Esto amplía todavía más su carisma.

Orriols ha sido mileurista, viviendo con cinco hijos y su pareja en un piso de 70 metros cuadrados. Nadie le puede reprochar pertenecer al establishment económico y político

P.- En libro describe a personajes tan perfectos en términos de ideología nacional-populista que parecen casi diseñados por Bannon. Una es la propia Orriols, pero está también el caso de Margarita Cabello, a la que presenta como la Brigitte Bardot de Ripoll.

R.-  Margarita Cabello ha sido clave en el nacimiento de AC. En la política también existe el azar, en este caso el encuentro de Orriols y Cabello en un autocar camino a Barcelona para participar en una manifestación independentista en otoño de 2017. Ambas estaban decepcionadas del procés, y deciden hacer algo, pero lo circunscriben a la ciudad de Ripoll.

Cuando lanzan su grupo en Ripoll, Jordi Aragonès los descubre y capta el carisma de Orriols, por eso la van a ver para crear un partido. El carisma de Orriols es determinante para la aparición y crecimiento del partido, sin el liderazgo de Orriols Aliança desaparecería.

P.- ¿A pesar de que exista un segmento de población que comulga con sus postulados?

R.- Tendrían que buscar otro líder carismático que en Aliança solo tiene la candidata de Tarragona, Aurora Fornos. En Francia, Agrupación Nacional tiene dos líderes carismáticos: Le Pen y Jordan Bardella.

P.- Parece que el nacional-populismo premia los liderazgos femeninos por encima de otras ideologías.

R.- De hecho la gente tiende a pensar en líderes como Trump, Bolsonaro, Javier Milei o Santiago Abascal. La mayoría siguen siendo hombres, pero ha emergido una corriente modernizada que lideran mujeres, especialmente en todos los partidos nacional-populistas escandinavos. Aliança ha emergido dentro de esa corriente en la que hay una decena de mujeres al frente de partidos en crecimiento.

Es una corriente nueva que mantiene la ideología del nacional-populismo con dos variantes: lo lideran mujeres, con lo cual se deshacen de esa imagen del hombre machista y rudo; y en el terreno de los valores morales se despegan del conservadurismo moral. Eso hace más creíble la propuesta política distanciándose de la extrema derecha tradicional.

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