Los nervios acumulados de los últimos cuatro años eran ayer más patentes que nunca cuando la amplia delegación española que disputará los Juegos Paralímpicos entre el 28 de agosto y el 9 de septiembre se subía a los aviones que les llevaron a París. Entre ellos catorce gallegos, algunos históricos como la triatleta Susana Rodríguez Gacio. También dos coruñeses, los representantes en esta cita que completan la avanzadilla olímpica formada por Julia Benedetti, Yulenmis Aguilar, Enmanuel Reyes y Carlos Arévalo, estos dos últimos medallistas. El ciclista Damián Ramos (1986) es el de mayor edad, pero es el novato en estas citas, mientras que el nadador Jacobo Garrido (2002) es más joven, pero ya lleva a sus espaldas la experiencia de Tokio.
El primero en competir será al que le toca saltar a la pileta, a Jacobo Garrido. El nadador del CN Liceo, que se entrena desde hace algunos años en Cataluña, arranca ya a las 9.30 horas del 29 de agosto con los 400 libres, su carrera fetiche, en la categoría S9, con la que se proclamó campeón del mundo en 2019, la que le dio un diploma en Tokio y la que le convirtió en este 2024 en subcampeón de Europa en Madeira. Allí estará el nadador local y rival tradicional Ugo Didier y también un veterano como el australiano Brenden Hall, ambos tienen mejor marca esta temporada que el coruñés. La de Jacobo Garrido es de 4:16.95 lograda en marzo en Palma de Mallorca. La medalla no es ni mucho menos imposible, sobre todo, en una prueba que le ha dado muchas alegrías a lo largo de su trayectoria.
Hasta una semana después, el 5 de septiembre (10.28 horas) no volverá Garrido a nadar, será en los 200 estilos. La agenda no le concede un respiro porque al día siguiente le esperan los 100 mariposa (10.33). En estas dos pruebas tiene menos opciones y lo primero será clasificarse para el final. Por ejemplo, en los 100 mariposa cuenta con la undécima marca del año, conseguida también en el Campeonato de España de Palma.
Damián Ramos sí que es un aspirante a medalla sin ambages. Su palmarés reciente es extenso: oro en ruta y bronce en contrarreloj en el Europeo, otro oro en contrarreloj y otro bronce en ruta en la Copa del Mundo de Ostende del mes de mayo. Competirá en las dos pruebas en carretera (ruta y contrarreloj) y también en persecución en el velódromo. Todo en categoría MC4.
Su agenda también está cargada con la prueba de persecución mañana y tarde el 31 de agosto. El día 4 de septiembre le espera la contrarreloj y, dos después, la cita en ruta, casi una de las últimas de los Juegos Paralímpicos. Ramos lo intentó primero como atleta olímpico en piragüismo y no estuvo lejos de hacerse un hueco en Londres 2012. Dos años después llegó ese grave accidente en León, un par de años sin caminar y el paraciclismo fue la vía para reengancharse con la vida y con el deporte. Llega por fin a unos Juegos y, sin dejar de lado la experiencia y la sensación de cumplir un sueño perseguido toda la vida, no renuncia a traerse alguna presea. Él y Jacobo Garrido son las balas coruñesas para que vuelva el metal a la ciudad y a la comarca tras los éxitos olímpicos de Enmanuel Reyes y Carlos Arévalo y el ya remonto paralímpico de Pucho Boedo. El judoca es el único coruñés que tiene una medalla, la plata de Atlanta 96. El sueño es que pronto esté acompañado en ese reducido olimpo.