En las tripas de Prisa se cuece desde hace unos meses un proyecto de televisión generalista que abandera José Miguel Contreras con el apoyo de Fran Llorente, pero que genera algunas dudas entre los directivos del grupo. Principalmente, por la dificultad que entraña rentabilizar un canal en la TDT actual, copada por Atresmedia y Mediaset; y amenazada por la fuga de anunciantes que ha tenido lugar durante los últimos años hacia los medios digitales.

La televisión digital terrestre se presentó a principios de siglo como una nueva tecnología que abriría la puerta a nuevos competidores e incrementaría la pluralidad de este medio de comunicación, en el que sólo existían unos pocos licenciatarios.

El problema es que una buena parte de ellos nunca consiguió la rentabilidad, lo que motivó el cierre de varios proyectos. A estos se unieron los problemas de los canales que tuvieron que ‘irse a negro’ por la sentencia del Tribunal Supremo que así lo obligaba. Entonces, esta institución judicial estimó los recursos que denunciaban que estos permisos de emisión se habían adjudicado de forma ilegal, sin concurso público mediante. Eso afectó a nueve cadenas.

Los últimos licenciatarios y sus problemas

El Ejecutivo de Mariano Rajoy convocó en 2015 un concurso de licencias -el último hasta la fecha- que se resolvió a favor de Atresmedia, Mediaset, Trece, Real Madrid, Radio Blanca y Secuoya. Entre los perdedores de aquel proceso se encontraban Vocento y Prisa.

Esta última empresa quiere regresar ahora al negocio después de las experiencias de Cuatro, Localia o Canal Plus. Según publicó Dircomfidencial, quiere hacerlo con un proyecto similar a El País TV, dirigido por Llorente y en el cual pueden trabajar hasta 400 profesionales para la realización de reportajes, entrevistas, temas de investigación, ciencia y formatos de entretenimiento. El Ejecutivo, mientras tanto, baraja la posibilidad de crear una nueva licencia de emisión.

El problema de este tipo de canales generalistas -según sugirió Santander en un informe- es que son difíciles de rentabilizar en las condiciones actuales del mercado. De hecho, Trece ha provocado pérdidas de 110 millones de euros a la Conferencia Episcopal desde 2010.

Los ingresos publicitarios de este canal son de 12,8 millones de euros. Tan sólo el coste del transporte y difusión de la señal (el servicio lo ofrece Cellnex) asciende a 5,6 millones de euros, en lo que constituye la principal barrera de entrada a este mercado.

Barreras de entrada

A lo largo de los años, los directivos de las televisiones han incidido -y reiterado- en que hacer televisión es muy caro y que es necesario realizar inversiones multimillonarias para conseguir una audiencia competitiva. De hecho, desde Atresmedia y Mediaset se defendían de esa forma cuando les acusaban de conformar un duopolio que restringía la competencia en este mercado.

Consideraban que mientras ellos gastaban en formatos e informativos, otros empresarios subarrendaban la licencia a compañías como Discovery o Disney.

Los últimos datos mensuales de audiencia de Kantar Media -julio de 2024- ilustran sobre la insignificancia en el sector de la TDT de los últimos operadores que obtuvieron licencias. Trece cuenta con el 1,9% del share, frente al 1,7% de BeMad, el 2,2% de Atreseries, el 1,3% de Ten, el 1,3% de DKiss y el 0,6% de Real Madrid Televisión.

Dentro de Prisa, hay quien considera que este grupo debe estar presente en el mercado de la televisión ante su peso en el negocio mediático y editorial en España.

Sin embargo, también existen quienes dudan de las posibilidades de rentabilizarlo, en un contexto en el que la televisión digital terrestre opera con un mercado publicitario mucho menor que a principios del siglo, en el que, además, compiten las grandes multinacionales tecnológicas en sectores como el del entretenimiento, el de buscadores y el de las redes sociales, que se llevan ya más de 1.500 millones de euros anuales de los anunciantes en España.

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