Ya están aquí. Un año más, los Moros y Cristianos de San Vicente del Raspeig toman las calles el fin de semana posterior al integrado en el puente de Semana Santa. Se trata de una cita señalada en el calendario del municipio que este año además se presenta cargada de novedades y de números más que reseñables, que reflejan el excelente estado de salud por la que pasa la relación de la ciudad con sus festejos.
«San Vicente está entre las ciudades con las fiestas de Moros y Cristianos más importantes y de mayor calado social». En esas palabras se expresó recientemente el alcalde de la localidad, Pachi Pascual (PP). Ese gran «calado social» al que alude el primer edil son los 900 festeros que se estrenan este año y que aseguran el relevo y futuro de la fiesta. Su presencia provoca que la cifra de efectivos con los que contarán las tropas de la cruz y de la media luna llegue hasta los 4.086, tal como ha confirmado Ricardo Bernabeu Catalá, presidente de la Federación de Comparsas Ber-Largas.
El número crece hasta una cota mucho más elevada cuando se consulta el total de personas que participarán en las entradas cristiana y mora, actos centrales de las fiestas y que se celebran este fin de semana. Los desfiles llenarán una de las principales arterias del municipio de vida, música y color y estarán integrados, cada uno de ellos, por 13.000 participantes, en los que se incluyen las bandas de música y los miembros del boato.
Este récord de seguimiento es un ejemplo de la buena tendencia que viven estas fiestas -que viene precedida de su Mig Any más multitudinario- que ya el pasado año experimentaron un incremento notable: entonces fueron 500 los socios que se unieron a las filas cristianas y moras, que este 2024 serán más numerosas. Este aumento ha propiciado que se haya que modificar la organización de algunos actos, más allá de las dos majestuosas entradas, para evitar que la cabeza de los desfiles se encuentre con su cola.
En cualquier caso, estos buenos números son solo una parte y no el todo de unos festejos que este año celebran su edición número 49 y que se presenta con importantes sorpresas. Una de las más esperadas es el novedoso acto de rendición que completará la ceremonia de la embajada y que sustituye a la tradicional escenificación de la muerte en combate.
Pero sin duda, una de las grandes estrellas en el programa de actos de este año son las rutas turísticas que darán un enfoque más amplio que permitirá tanto a vecinos como a visitantes hacer un viaje por el tiempo para conocer el origen y la evolución de los festejos. Estas actividades, previstas para los días 6 y 7 de abril a las 11 horas, recorrerán los puntos más icónicos de la ciudad y que de una forma u otra están entrelazados con la historia de las fiestas de Moros y Cristianos, como el monumento a los músicos, la calle Mayor, la escultura Las Bordadoras, la plaza Vicente Lillo Cánovas y el castillo de fiestas, escenario de las embajadas.
Este guiño al pasado también estará presente en las entradas, sobre todo en la protagonizada por la facción de la cruz. La capitanía cristiana, que ostentará Almogavers, descendiente de la extinta comparsa Piratas, cuyos componentes fueron fundadores de la recordada agrupación, rendirá un homenaje a la añorada banda y tomarán las calles con una filada en honor a una de las hermandades que desempeñaron un papel fundamental en el origen de las fiestas.
Así lo han detallado fuentes del colectivo festero, que prefieren mantener el misterio y no destripar los detalles de estos actos. Lo que sí han adelantado es que el protagonismo de la capitanía recaerá en la lucha del bien contra el mal encarnada en el miro de la Rosa y el Drac. La alferecía cristiana correrá a cargo de Estudiantes, que conquistará la calle con una escenificación de un ejércido procedente de la era del Renacimiento.
En cuanto al bando de la media luna, Almorávides será la encargada de desplegar la capitanía mora, donde las palmeras y el color conformarán la guarnición que acompañará el paso de los guerreros del desierto. La alferecía recaerá en los Moros Viejos, comparsa fundadora de la fiesta, que como es habitual, cuidará la música hasta el máximo detalle y tendrá una puesta en escena descrita desde la organización como «impresionante».