El Gobierno prepara una subida de la tasa que pagan las centrales nucleares para financiar los costes milmillonarios de desmantelar todos los reactores, de construir los cementerios nucleares necesarios y gestionar durante décadas todos los residuos radiactivos producidos por las plantas. El Ejecutivo acaba de suavizar su propuesta de subida y ahora contempla un alza del 30% de la tasa, frente al incremento del 40% inicial que defendía hace sólo unos meses.