Se acerca el ‘kindergarten’ de Eurovisión. Faltan solo 30 días. Y Marc Giró, con criterio promocional, ha invitado a su ‘LateXou’ (La 2 de TVE) al dúo Nebulossa. Nada les ha preguntado sobre la polémica que ha causado su tema ‘Zorra’. Dividió al feminismo esta letra. Pero es verdad que el ruido opinativo ya ha menguado considerablemente.
En la entrevista, Mery Bas, la estrella de este dúo, comentaba con Giró que todos llevamos una ‘zorrita’ dentro. Y se descubrió su hombro izquierdo para enseñarnos la zorra que se acaba de tatuar en él. No sabemos si en alguna otra zona de su cuerpo también se ha tatuado un chacal. Lo comento porque en una de las estrofas de la canción, se advierte «Si me pongo visceral, de zorra pasaré a chacal». Es un aviso al machismo que navega. «¿La zorra nace o se hace?», se preguntaba Giró. Y añadía: «Lo que no hay que hacer es aullar, que eso es de loba, ni ladrar, que eso es de perra». Tiene razón. Pero debería haber aclarado cómo se llama la voz de la zorra. Según la Real Academia de la Lengua, la zorra ‘tautea’. O sea que el dúo Nebulossa, del 7 al 11 de mayo, va a ‘tautear’ a Eurovisión. Dicen algunos analistas de comportamientos de masas y tendencias, que Eurovisión es un fenómeno coral que actualmente funciona bajo la bandera LGTBIQ+. De modo que la presencia de Nebulossa y su tema no va a ser meter la ‘Zorra’ en el gallinero. Todo lo contrario. Va a ser meter la zorra en un ambiente de entusiasmo predispuesto. Es muy posible que al escuchar a Mery cantando: «Ya sé que mi pasado te devora, ya sé que soy la oveja negra, la incomprendida, la de piedra, ya sé que soy quien tú no quieres…¡ Pero esta es mi naturaleza!», es muy posible, les decía, que en Malmö se fundan los plomos. De placer.
Sobre esta edición de Eurovisión de lo que se tendría que hablar más, porque se habla poco, es de si Israel tiene cabida en él. La UER ya le ha retirado dos canciones, por su contenido político. Pero por ahora no se atreven a hablar de expulsión. En 2022 expulsaron a Rusia por su invasión a Ucrania. Merecida decisión. Ahora, en 2024, Israel presenta este palmarés: más de 30.000 palestinos muertos, desde ancianos a bebés, más su última hazaña, siete cooperantes asesinados, de la oenegé del ‘chef’ José Andrés. Con estos avales aspira a ir a Eurovisión, a que todo el mundo escuche lo estupenda que es su canción.