Sobre el mes de marzo, el calentamiento atmosférico provocó que el vórtice polar del Ártico invirtiera su trayectoria. El arremolinado anillo de aire frío gira actualmente en sentido contrario al habitual, lo que ha provocado un «pico de ozono» sin precedentes y podría afectar los patrones climáticos globales.
Científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, según las siglas en inglés), en Estados Unidos, advirtieron que desde el 4 de marzo el vórtice polar que rodea el Ártico está girando en la dirección opuesta a la habitual, después de que un calentamiento sorpresivo en la atmósfera superior desencadenara un importante evento de reversión.
Vientos polares
El vórtice polar es una masa giratoria de aire frío que rodea el Ártico: es más prominente durante los meses del invierno boreal y se extiende hacia la estratosfera, la segunda capa de la atmósfera, hasta unos 50 kilómetros sobre la superficie terrestre. Según datos de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, el vórtice gira habitualmente en sentido contrario a las agujas del reloj, con velocidades de viento de alrededor de 250 kilómetros por hora.
Estas velocidades son similares a las que alcanza un huracán de categoría 5, de acuerdo a los especialistas. Además, un vórtice semejante también rodea a la Antártida durante el invierno austral. Según un artículo publicado en Live Science, en el pasado las perturbaciones del vórtice polar han provocado tormentas y climas extremadamente fríos en gran parte de Estados Unidos, junto a otros fuertes impactos en el hemisferio norte y en el clima global.
Aunque el cambio actual en la dirección del vórtice probablemente no conducirá a un gran evento de congelación similar a los que tuvieron lugar en el pasado, el súbito cambio ha provocado un «pico de ozono» sin precedentes sobre el Polo Norte. Este fenómeno, que es exactamente lo opuesto a un agujero de ozono, es el mayor registrado en el mes de marzo desde que se comenzaron a llevar registros en 1979.
“Las ondas planetarias atmosféricas han impactado notoriamente en la estratosfera polar, aumentando su temperatura. A esto lo llamamos un evento de calentamiento estratosférico repentino, y puede provocar que el vórtice cambie de dirección», indicó a Spaceweather.com la Dra. Amy Butler, autora del blog especializado Polar Vortex de la NOAA.
Mayores probabilidades de eventos de reversión
Un calentamiento estratosférico repentino (SSW) se produce cuando las temperaturas en la estratosfera suben hasta 50 grados Celsius a lo largo de un par de días. Las ondas planetarias atmosféricas que causan el calentamiento de la estratosfera son ondas de compresión, que se forman cuando el aire se eleva a una región de diferente densidad y es empujado hacia abajo por la fuerza de giro de la Tierra. Este proceso es el que interrumpe o invierte el flujo del vórtice.
Butler también indicó que la velocidad de los vientos inversos coloca al evento entre los seis primeros registrados. Este cambio sustancial influye en la llamada corriente en chorro, que a su vez puede afectar el clima en todo el hemisferio norte y, en forma indirecta, en todo el planeta. Sin embargo, el retroceso del vórtice se está desacelerando y podría quedar sin efecto en los próximos días, reduciendo el impacto de este evento puntual.
A pesar de esto, como se informa en el blog de Butler, los registros históricos muestran que es más probable que ocurran eventos de calentamiento estratosférico repentino durante El Niño o La Niña, las dos fases contrastantes de un ciclo natural de calentamiento y enfriamiento a nivel planetario.
En estos períodos, los sistemas climáticos globales se vuelven más inestables, preparando el escenario para eventos de reversión más frecuentes en el vórtice polar. Actualmente atravesamos un importante episodio de El Niño, lo que podría incrementar las probabilidades de que ocurran más reversiones o perturbaciones.