Alejandro Fernández, presidente del PP en Catalunya, será finalmente el candidato a las elecciones del 12 de mayo. Alberto Núñez Feijóo se ha decidido finalmente por él como cabeza de cartel, algo que no tenía claro como demuestra que ha tardado casi dos semanas en confirmar su nombre. La noticia se ha conocido con un comunicado de la dirección nacional en la que también se concreta que la eurodiputada Dolors Montserrat será la jefa de campaña.
Las expectativas del partido para estos comicios son muy buenas: la encuesta de GESOP para EL PERIÓDICO le da entre 12 y 14 diputados, ante un Vox muy a la baja (sacó 11 en 2021 y ahora obtendría entre 7 y 9) y un Ciudadanos que desaparecería (actualmente son seis parlamentarios).
Feijóo y Fernández se reunieron este lunes en la sede de Génova, según informó la dirección del partido en un comunicado, y de ese encuentro, al contrario de lo que podría ser normal, no salió su confirmación sino el anuncio de que «en las próximas horas» finalizaría «la consulta con los principales activos del partido en Cataluña» y ya se trasladaría a la opinión pública la decisión. En paralelo, el dirigente catalán escribió un mensaje en X (antes Twitter) para ofrecerse como cabeza de cartel y también para dejar dicho que si al final no era el elegido trabajaría como «afiliado de base».
Fernández mantiene una relación tensa con el jefe de filas. Han sido varias las ocasiones en las que Fernández ha mostrado su rechazo a algunas observaciones de Feijóo y de miembros de su cúpula sobre la política catalana. No aceptó los guiños de Esteban González Pons a Junts ni que el dirigente gallego hablara de buscar un «encaje» a Catalunya. La mayoría de las veces Fernández lo ha hecho saber lejos de los micrófonos, pero las críticas han llegado a la sede central.
El debate sobre si el actual presidente del PP catalán era el más adecuado para encabezar la lista del partido se debía a su estilo, en muchas ocasiones más duro con el independentismo catalán que el de Feijóo. El terreno para crecer en las urnas es amplio porque la formación parte de solo tres escaños: tiene el caladero de Vox y de Ciudadanos, que está en vías de extinción en toda España, y también del votante más de centro del PSC. La elección de Fernández augura una campaña por la derecha, para menguar el poder del partido de Santiago Abascal en Catalunya, donde en 2021 obtuvo 11 escaños. Vox no entró en el Parlamento gallego en las elecciones de febrero; según las encuestas, sufrirá para mantener el escaño en el de Euskadi en las elecciones de abril, y, en Catalunya, el PP desea que también disminuya de manera significativa el número de diputados para enviar el mensaje de que Feijóo está acabando con la división de las tres derechas.
Génova y la relación con el PPC
La injerencia de Génova en las campañas catalanas suele ser potente históricamente. Hace tres años, de hecho, Fernández acabó mal con Pablo Casado y Teodoro García Egea, entonces presidente y secretario general del PP, porque el político catalán consideraba que habían intervenido demasiado en la estrategia. Ellos, por contra, opinaban que tenía el partido desasistido en Catalunya y no trabajaba lo suficiente.
Ese malestar animó a Fernández a levantar la mano en favor de Feijóo en cuanto se desató la batalla entre Isabel Díaz Ayuso y Casado. De hecho, el respaldo al político gallego, apuntan algunos ahora en la dirección nacional del PP, le ha dado puntos para ser candidato a la Generalitat.
En todo caso, tras las dudas de Feijóo que se han puesto de manifiesto con las casi dos semanas que ha tardado en confirmarle, todo hace pensar que la injerencia de Génova en la campaña será parecida a la de 2021. El «candidato oficioso» del PP a la Generalitat, bromean desde hace semanas en la sede nacional, es Feijóo.