Así llamaban en el siglo XIII a Federico II Hohenstaufen, rey de Sicilia y Jerusalén, y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, que ahí es nada, pero me temo el nuevo emperador de Washington le deja chico. Es otro “Asombro del Mundo” aunque más tosco. Su estilo bravucón, transaccional, nacionalista, unilateralista, proteccionista, imperialista, populista y chulesco (me quedo corto) deja al mundo perplejo y preocupado. Finalmente, entre tomarle en serio pero no literalmente, o literalmente pero no en serio, hay que tomarle literalmente y en serio, que es la peor opción. No solo hace lo que prometió sino que cada día nos sorprende con algo nuevo.
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