Las obras de peatonalización del centro urbano de Grado se iniciaron este martes en la zona de la plaza Álvaro González y Marqueses de la Vega de Anzo. El Ayuntamiento prevé que en este entorno los trabajos puedan estar terminados en unos dos meses. Se trata de la primera fase de un proyecto que afecta también a las calles La Magdalena y Barón de Grado.
Las máquinas levantaron a lo largo de la mañana los pavimentos de los viales para tráfico rodado, si bien las aceras siguen siendo utilizables con total normalidad. Desde ayer está restringido el acceso de vehículos a la calle Maqueses de la Vega de Anzo y como alternativa para los casos de vehículos autorizados se establece acceso por la calle La Magdalena desde la travesía Francisca Fernández Miranda.
Este plan de semipeatonalización –la peatonalización completa se abordará una vez se ejecute la ronda exterior de Grado– tiene como objetivo promover un cambio en la capital moscona que convierta el centro de la localidad en un espacio para pasear, convivir y disfrutar, enfocado a los ciudadanos y a los muchos visitantes que acuden a los mercados. Es uno de los grandes proyectos de este mandato y tiene especialmente en cuenta al comercio y a la hostelería, pues los itinerarios peatonales transcurren por las calles en las que se localizan gran parte de los establecimientos de este tipo y hacerlos «más paseables» debería beneficiar al planteamiento de «centro comercial al aire libre» que tiene la villa.
El diseño global de la actuación está concebido para la semipeatonalización de las calles del centro neurálgico de la villa y su conexión con las que ya lo están, de General Ponte hacia Manuel Pedregal, por donde los tránsitos ya son prácticamente peatonales. Se logrará así una conexión ininterrumpida desde la zona alta de la calle Cimadevilla en su conexión con la la calle Asturias hasta el Parque San Antonio o parque de Abajo.
Este plan, en su conjunto, esto es la realización de las tres fases, se completará en un plazo aproximado de unos cinco meses. Esta primera fase, que afecta a zonas con muchos locales de hostelería y comercio, estará hecha antes, en unos dos meses, al ser la primera en ejecutarse.
«Vimos el plano en la prensa. Y, la verdad, desde que anunciaron las obras hasta hoy que empiezan, tardaron muy poco. Pero no sabemos bien por dónde va a ir el tráfico ahora», reconocía Aurora Menéndez, vecina de la villa, que hacía los recados de la mañana en el entorno de la obra.
Algunos vecinos temían que los trabajos pudieran perjudicar al desarrollo de algunas fiestas, mientras otros, como Conchita González, que observaba las obras, aseguraba que «lo que sea bueno para el pueblo siempre es bienvenido».