En teoría, las grandes cantidades de metano existentes en los depósitos subterráneos del Ártico están selladas bajo una capa congelada de permafrost (suelo helado) y también bajo glaciares, que aseguran su aislamiento y evitan que este peligroso gas de efecto invernadero escape a la atmósfera. El poder de calentamiento del metano es muy superior al del CO2 y, aunque dura menos tiempo en el aire, sigue permaneciendo allí durante décadas.

Sin embargo, a presiones y temperaturas suficientemente altas, el metano situado bajo el permafrost y los glaciares puede quedar atrapado como un hidrato de gas sólido. Estas condiciones de presión y temperatura pueden cambiar con el calentamiento del clima y el retroceso glacial, causando potencialmente la desintegración de los hidratos de gas y liberando metano subterráneo a la atmósfera ártica.

Investigadores de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y del Centro Universitario de Svalbard de Noruega, han publicado un estudio que identifica grandes reservas de gas metano que directamente están saliendo de su ‘encarcelamiento’ por el derretimiento de los glaciares.

El derretimiento del Ártico libera el metano atrapado en el hielo Wallpapercave


La investigación, que acaba de publicarse en Nature Geoscience, sugiere que estas emisiones de metano probablemente aumentarán a medida que los glaciares del Ártico se vayan fundiendo. Esto, y otras emisiones de metano producidas por el derretimiento del hielo y el suelo congelado en el Ártico, podrían exacerbar el calentamiento global.

“Estos manantiales son una fuente considerable, y potencialmente creciente, de emisiones de metano, y es una fuente que ha estado faltando en nuestras estimaciones mundiales de este gas hasta ahora”, informó Gabrielle Kleber, autora principal de la investigación, perteneciente al Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge.

Kleber pasó casi tres años monitoreando la química del agua de más de cien manantiales en Svalbard, donde las temperaturas del aire están aumentando dos veces más rápido que el promedio del Ártico. “Dado que esto está sucediendo, estamos en condiciones de obtener una vista previa de la posible liberación de metano que podría ocurrir a mayor escala en esta región”.

Una vía desconocida de emisión de metano

El profesor Andrew Hodson, coautor del estudio del Centro Universitario de Svalbard, afirmó: “Vivir en Svalbard te sitúa en la primera línea del cambio climático ártico. No se me ocurre nada más crudo que la visión de la desgasificación de metano en el entorno de un glaciar en retroceso”.

Metano en estado líquido en un afloramiento del Ártico Reuters


“Si bien la atención se centra a menudo en el permafrost, este nuevo hallazgo nos dice que hay otras vías para las emisiones de metano que podrían ser aún más significativas en el presupuesto mundial de metano”, añadió la coautora del estudio, la profesora Alexandra Turchyn, también del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge.

Hodson agregó: “Hasta que se llevó a cabo este trabajo, no entendíamos la fuente y las vías de escape del metano porque estábamos fijándonos en partes completamente diferentes del Ártico donde los glaciares están ausentes”.

Los manantiales de liberación de metano que identificaron son alimentados por un sistema de galerías oculto bajo la mayoría de los glaciares, una red que aprovecha las grandes reservas de agua subterránea en los sedimentos subyacentes y el lecho de roca circundante.

2.000 toneladas de metano en un año, sólo en Svalbard

Una vez que los glaciares se derriten y retroceden, aparecen manantiales en los que esta red de aguas subterráneas llega a la superficie. Los especialistas descubrieron que las emisiones de metano a través de Svalbard podrían superar las 2.000 toneladas en el transcurso de un año, lo que equivale a aproximadamente el 10% de las emisiones de metano resultantes de la industria anual de energía de petróleo y gas de Noruega.

Es probable que esta fuente de metano se vuelva más significativa a medida que afloren más manantiales, advirtió Kleber: “Si el calentamiento global continúa sin control, entonces la liberación de metano probablemente se volverá más abundante”. Estas fuentes no siempre fueron fáciles de reconocer, por lo que Kleber entrenó su ojo para seleccionarlos en las imágenes de satélite.

El metano va a parar a la atmósfera desde el subsuelo derretido Agencias


Al hacer zoom en las áreas de tierra expuestas por el retroceso de 78 glaciares a través de Svalbard, buscó puntos azules que indican lugares donde las aguas subterráneas se habían filtrado a la superficie y se habían congelado. Luego viajó a cada uno de estos sitios en moto de nieve para tomar muestras de las aguas subterráneas.

Cuando Kleber y el equipo analizaron la química del agua que alimenta estos manantiales, descubrieron que todos los sitios estudiados tenían grandes concentraciones de metano disuelto, lo que significa que, cuando el agua de manantial llega a la superficie, hay un exceso de metano que puede escapar a la atmósfera.

Los investigadores también identificaron puntos críticos localizados de emisiones de metano, que estaban estrechamente relacionados con el tipo de roca de la que emerge el agua subterránea. Ciertas rocas como el esquisto y el carbón contienen gases naturales, incluido el metano, producidos por la descomposición de la materia orgánica cuando se formaron las rocas.

Este metano puede moverse hacia arriba a través de fracturas en la superficie y el agua subterránea. “En Svalbard, estamos empezando a entender la complejidad del derretimiento de los glaciares. Parece probable que haya más consecuencias como esta que aún no hemos descubierto”, indicó Kleber.

La cantidad que hemos medido de metano que se escapa de los manantiales probablemente se verá multiplicada por el volumen total de gas atrapado que se encuentra debajo de estos glaciares, y que está esperando salir. Eso significa que necesitamos establecer urgentemente el riesgo de un aumento repentino de la fuga de metano, porque los glaciares solo continuarán retrocediendo”, concluyó Hodson.

Estudio de referencia: https://www.nature.com/articles/s41561-023-01210-6

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