El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha sido hospitalizado de nuevo este domingo, ingresando en el Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), a penas un mes y medio después de ingresar por las complicaciones de una cirugía, lo que generó polémica por no haber comunicado su enfermedad ni su hospitalización siquiera al presidente, Joe Biden.
En esta ocasión, el portavoz del Pentágono, Patrick Ryder, ha explicado a través de un comunicado que Austin ha sido trasladado sobre las 14.20 horas (hora local) «al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed (Maryland) para ser examinado por síntomas que sugieren un problema emergente de vejiga».
Ryder había notificado el ingreso a la subsecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, y al presidente del Estado Mayor Conjunto, Charles Brown, así como a la Casa Blanca y al Congreso, si bien en un principio estaba a cargo de sus funciones, poco después ha transferido sus funciones a su ‘número dos’.
Las autoridades médicas del hospital militar han explicado que han realizado una serie de pruebas y evaluaciones por las que han decidido ingresarle en la UCI para recibir «cuidados de apoyo y una estrecha vigilancia». «En estos momentos no está claro cuánto tiempo permanecerá hospitalizado», han indicado.
«No se espera que el problema actual de la vejiga altere su recuperación total prevista. El pronóstico del cáncer sigue siendo excelente. Se proporcionarán actualizaciones sobre el estado del secretario tan pronto como sea posible», han señalado a través de un comunicado compartido por el Departamento de Defensa.
El jefe del Pentágono tiene el 29 de febrero una cita ante la comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes para explicar su decisión de no comunicar su hospitalización durante el mes de enero. Los republicanos han aprovechado la situación para exigir la destitución de Austin, a quien Biden, si bien consideró que se equivocó al no informar, ha expresado su apoyo.
Austin estuvo hospitalizado desde el 1 de enero tras complicarse una cirugía a la que se sometió, hecho que no tendría mayor relevancia de no ser porque ni la Casa blanca, ni la secretario de Estado, Antony Blinken, ni la propia sustituta de Austin estaban al tanto del ingreso. El secretario de Defensa, de 70 años, se encuentra inmediatamente detrás de Biden en la cadena de mando del Ejército estadounidense.