Enero se hizo eterno. Febrero, en cambio, no. El mes más corto del calendario ha devuelto al Hércules a la primera posición cinco jornadas después, enterrando, de momento, el efecto lacerante de la crisis que llegó a asomar tras encadenar tres derrotas en el comienzo de la segunda vuelta. El grupo es tan inestable (o tan disputado) que nadie es capaz de aprovechar los lapsus de los rivales. El equipo de Rubén Torrecilla se ha rehecho, ha recobrado el pulso, el aliento, y ha vuelto a reconocerse delante del espejo firmando otro hito, el segundo en lo que va de temporada.
Los alicantinos, que ya acabaron con el sello inexpugnable del Camp d’Esports de Lleida, el sábado terminaron también con la condición de invicto del Andratx en su estadio, uno diametralmente opuesto al ilerdense, pero igual de complicado. Levantarse es obligatorio, hacerlo en situaciones verdaderamente complejas puede ser, incluso, premonitorio, la demostración de que algo puede estar cambiando… por fin.
Poco a poco, el conjunto alicantino se va librando del peso de su malditismo crónico. Lo hace con la pesadumbre de quien se sabe prisionero del fútbol de esparto, el que hace roce, el que te obliga a caminar sobre caucho hasta doce veces en una misma campaña. En las 9 que ya llevan disputadas, cuatro victorias, cuatro derrotas y un empate. 14 puntos han volado, un poco más de la mitad. El pleno de victorias sobre suelo balear ha mitigado el efecto nocivo del césped de mentira.
6 VICTORIAS
Esta temporada lejos del Rico Pérez
► Los alicantinos se han impuesto a domicilio al Formentera (1-2), a la Penya Independent (1-2), al Valencia Mestalla (1-2), a la Peña Deportiva (1-5), al Lleida (0-1) y al Andratx (0-2).
El triunfo en la moqueta de Andratx fue incontestable, mucho menos aleatorio que el logrado en Lleida, donde también echó una mano el factor suerte, un aliado inestimable para cualquier logro mayúsculo del tipo que persigue el Hércules desde hace trece años. Ganar en el municipio mallorquín el sábado valió, entre otras cosas, para sellar el sexto triunfo a domicilio en lo que va de ejercicio, el mismo número que consiguió en toda la campaña anterior y todavía le quedan cinco desplazamientos antes del final de la temporada regular.
La fortaleza como locales de los cuatro de arriba obliga a no dejarse ir como visitante, a ser contundente lejos de casa, a sumar puntos de tres en tres de manera regular, no esporádica, a no perder porque a los blanquiazules ya no les caben muchas más derrotas si quieren ser campeones.
PICHICHI
9 GOLES
► Mendes se sitúa al frente de la tabla de goleadores. El ariete herculano es el máximo realizador del grupo 3 con sus nueve tantos, uno más que el exherculano Chuli (Lleida), Garros (Cerdanyola y Servetti (Europa).
Al equipo de Torrecilla le restan cinco salidas: a Cerdanyola, La Nucía, Alzira, Manresa y a Vic, donde está jugando ahora sus partidos como local el Badalona Futur tras fracasar su intento de fusión con el CF Badalona, que le obligó a buscar un nuevo domicilio deportivo tras desestimar el juez la medida cautelar solicitada por Toni Freixa para no tener que hacer mudanza.
Eso significa que aún faltan tres compromisos en jaulas de caucho, todas en Cataluña, donde al Hércules le está costando enlazar victorias. De momento, los alicantinos volverán a defender el domingo su primera plaza, pero a diferencia de las tres veces en la que se vio en esta misma tesitura anteriormente, esa defensa será en el Rico Pérez y frente al penúltimo, la Penya Independent.
Los triunfos lo curan todo, le cambian la cara a quien daba evidentes síntomas de agotamiento, un abatimiento súbito que se ha repetido históricamente en el primer mes del año. Pero esta vez, todo lo bueno que se ha hecho anteriormente, todos los logros que proclamaron al Hércules campeón de invierno, le han valido para amortiguar el golpe, para tener capacidad de reacción, para no caer de manera estrepitosa con esa forma que tienen de mutilarse los clubes centenarios con presencia en Primera cuando les falla el equilibrio.