En tan solo unos días, entre el 10 y el 21 de noviembre, la pequeña ciudad amazónica de Belém, en Brasil, se convertirá en el escenario de una de las cumbres del clima más importantes de los últimos años. Un encuentro que, tal y como afirman los expertos, podría marcar el rumbo no solo de las políticas climáticas del porvenir sino, sobre todo, el futuro del planeta. Todo apunta a que será un evento especialmente complejo tanto por su ambición como por el complejo tablero geopolítico en el que tendrá que desarrollarse, con Donald Trump abanderándose del negacionismo climático y dando marcha atrás en el Acuerdo de París y con el fantasma de que su acción se repita en países afines como, por ejemplo, la Argentina de Javier Milei. Es por eso mismo que, en vísperas del inicio de este encuentro, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha convocado una cumbre de líderes mundiales para sentar las bases del debate y mostrar que, pese a todo, sí existe una ambición política global para hacer frente al cambio climático.
El encuentro, previsto para este jueves y viernes, reunirá a jefes de estado, ministros y representantes de alto nivel de un total de 143 países del globo. Según afirman los impulsores de esta iniciativa, el encuentro servirá de antesala para la cumbre del clima de Belém (COP30) y, aunque su agenda será independiente a la del encuentro diplomático posterior, sí se espera que esta reunión sirva para crear un espacio de diálogo político entre los máximos líderes globales y lanzar un mensaje de ambición al mundo antes de que comiencen las complejas negociaciones técnicas de la cumbre. «El encuentro de líderes tiene el objetivo de dar impulso político a las conversaciones de la cumbre del clima. Estamos guiando la reunión con la misma agenda que se debatirá en la cumbre pero con los más altos líderes del mundo», afirma el embajador Mauricio Lyrio, secretario de Clima, Energía y Medio Ambiente del gobierno de Lula.
«El encuentro de líderes tiene el objetivo de dar impulso político a las conversaciones de la cumbre del clima»
Dos días de intenso debate
El encuentro se desarrollará a lo largo de dos días. La principal mesa de diálogo será una sesión plenaria de líderes, que será inaugurada por el mismo Lula y por la que se espera que pasen decenas de líderes de todo el globo. En muchos casos, se espera que sus comparecencias sirvan para mostrar su postura sobre la política climática actual. Aunque, en algunos casos, es posible que se aproveche la plataforma para hacer algún anuncio. «Es el momento de elevar el debate sobre política climática y darle la importancia política que merece«, afirma la embajadora Liliam Chagas, directora del Departamento de Clima del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil y negociadora principal del país para la COP30, quien recuerda que «para revertir la tendencia de aumento de temperatura, el mundo necesita acelerar la reducción de emisiones y avanzar en la adaptación al cambio climático».
Durante el encuentro se hablará sobre bosques y océanos, transición energética y se hará balance de los diez años del Acuerdo de París y de la puesta en marcha de los planes de reducción de emisiones
Durante la cumbre de líderes de Belém también se esperan tres sesiones temáticas de debate. La primera abordará la relación entre bosques y océanos, dos pilares esenciales de la estabilidad climática. La segunda será sobre transición energética, con énfasis en el papel de los países emergentes y las inversiones necesarias para descarbonizar la economía. Y la tercera se centrará en un debate sobre el décimo aniversario del Acuerdo de París, donde se discutirán las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) y los mecanismos de financiamiento climático. En paralelo, también se celebrará un encuentro de los principales países con grandes masas forestales para avanzar en nuevos esquemas de cooperación y conservación.
Con la celebración de este encuentro, el gobierno brasileño pretende proyectar una imagen de liderazgo medioambiental global y, sobre todo, de unidad de los líderes del mundo en materia climática. Se trata de un gesto que, aunque se repita cada año ante el inicio de los debates de la cumbre, ahora resuena con más fuerza ante posturas como la de Trump, Milei y otros países partidarios de retroceder o retrasar la acción climática. Los expertos afirman que, mientras el mundo sigue batiendo récords de emisiones y registrando peores indicadores de salud, es más importante que nunca mostrar que, más allá de las palabras, realmente existe un compromiso global para hacer frente al caos climático y que, pese a las discordancias de algunos, sí hay quien aún cree que el cambio es posible.
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