Haciendo un gran esfuerzo físico, el inglés Anthony Taylor estuvo muy encima de la jugada, lo que le garantizó tener un criterio sancionador correcto en un partido de mucha intensidad y rapidez, con un buen comportamiento de los futbolistas. Destacó en ese sentido que en la primera parte sólo pitó una falta del Brujas y dos del Barça. Dejando jugar mucho y aplicando correctamente la ventaja, dio mucho ritmo al juego.
El VAR acertó al invitarle a revisar la caída de Forbs que pitó como penalti por un presunto golpeo de Balde que no fue. Y de nuevo acertó al invitarle a revisar la falta a Szczesny en el gol final anulado al Brujas y que hubiese significado el 4-3.
Taylor es sinónimo de garantía en el arbitraje, como volvió a demostrar en el Brujas-Barça. Tirando de personalidad y bien asistido por sus ayudantes y especialmente por el VAR, realizó un buen arbitraje y sacó adelante un partido intenso
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