El abrazo que se dieron Antonio Vadillo y Diego D’Alessandro nada más verse en la sala de prensa del Palau de Son Moix dejó claras las ganas que tenían de conocerse desde hacía tiempo. Los entrenadores del Illes Balears Palma Futsal, campeón de Europa, y del Atlético Peñarol uruguayo, rey de América, han llegado a esta Copa Intercontinental sin ser los clubes más grandes de sus respectivos continentes, pero este viernes en Son Moix (21h/IB3TV/DAZN) aspiran a ser ser los mejores del mundo. «Una final es una final, no hay favoritos. En un partido así intervienen muchos factores y todo se iguala», se apresuró a dejar claro el jerezano, consciente de que el hecho de ser el defensor del título le concede ese papel. “Lo más importante es ser nosotros mismos. Lo que nos ha traído hasta aquí es nuestra identidad. Sabemos que Peñarol es un gran equipo y que nos lo pondrá muy difícil, pero nuestras opciones de ganar pasan por eso: por ser nosotros mismos, por ser el Palma», recordó el preparador, que remarcó ante una multitud de periodistas que se le debía dar mucha importancia a que los mallorquines vuelvan a disputar un duelo de este calibre. “Se le está dando normalidad a algo que no lo es. Es un privilegio jugar por tercer año consecutivo la final de la Intercontinental y hay que valorarlo. Es muy difícil conseguir esta continuidad, sobre todo teniendo en cuenta que cada temporada cambiamos jugadores y construimos equipos nuevos», subrayó.
Todo apunta a que Son Moix se llenará para este encuentro, una circunstancia que enorgullece al propio Vadillo, aunque más de mil de los cuatro mil que se esperan animen al conjunto uruguayo. “Con nuestra afición nos sentimos muy fuertes, lo vimos contra Semey. Ellos serán mil, nosotros tres mil. Tenemos que hacernos notar. Creo que el ambiente será espectacular, algo a lo que no estamos acostumbrados, pero que será muy bonito también para el fútbol sala», reflexionó.
Vadillo y D’Alessandro sonríen durante la rueda de prensa en Son Moix. / Palma Futsal
El técnico andaluz, que espera a un rival «muy intenso y con calidad» considera que las buenas prestaciones mostradas por su equipo en la Ronda Principal de la UEFA Futsal Champions League, a la que llegaban tras haber sufrido tres derrotas en cuatro partidos, ha sido un punto de inflexión en el vestuario de los verde pistacho. “Sabemos que somos un equipo en construcción, con seis caras nuevas y un perfil diferente. Las cosas cuestan, no se hacen de un día para otro. En la Main Round rendimos a un grandísimo nivel, incluso por encima de lo esperado. Empiezan a verse los mecanismos y los matices del equipo que queremos ser. Estamos en el camino correcto”, comentó esperanzado. «Cuando terminemos la Intercontinental llevaremos cuatro o cinco partidos más que los demás. Un equipo en construcción necesita semanas completas de entrenamiento, y nosotros no las tenemos», agregó.
El técnico del campeón de América
A su lado estaba Diego D’Alessandro, que escuchaba con atención las palabras de su homólogo en el banquillo. El entrenador del Peñarol sí deslizó que el Palma Futsal era «el favorito». «Tenemos muchas sensaciones, pero estamos muy felices de estar aquí. A principio de año era impensable y es un placer jugar contra un equipo tan importante como Palma. Viene de Champions, de ganar muchos títulos. Es un rival que respetamos mucho, necesitamos mucho para ser competitivos», dijo antes de dejar claro, tal y como hicieron al noquear al Magnus brasileño en la Copa Libertadores, que saldrán a jugar sin complejos. «Afrontamos el partido con mucho respeto, tratando de conocer virtudes y defectos y con mucha responsabilidad, pero sin miedo de enfrentarles y jugarlo sabiendo que es un equipo al que se busca lo mejor y lo peor», resaltó.
El sudamericano lamentó que no tienen el ritmo de competición que les gustaría. «El sábado jugamos el clásico tras dos meses parados en Uruguay y solo tuvimos un partido antes de llegar porque veníamos detrás de Nacional y necesitábamos ganar, sin olvidarnos de Palma, teníamos que poner todo el pensamiento en ese partido», sentenció.
Sobre el ambiente que se espera en el Palau y la presencia de aficionados uruguayos, apuntó que están «muy contentos» ya que en su país no acostumbra «a tener tanto público». «Esos uruguayos tendrán la opción de ver a un equipo de allí muchos años después, queremos hacerlos felices y sabemos que Peñarol arrastra mucho», destacó.










