Cuatro días de trabajo. O en otras palabras, que suenan incluso más alentadoras: tres días de descanso a la semana. La empresa Liceo 2000 es uno de los centros pioneros de la formación de opositores, empleados y desempleados en la capital grancanaria y, desde el 1 de enero, precursora de un modelo de semana laboral de cuatro días del que disfrutan 32 empleados. «La prioridad era que los trabajadores estén contentos, y lo hemos conseguido», explica su director, José Ángel Cid. Al mismo tiempo, celebra que no ha variado la productividad, «si acaso, ha aumentado» y la valoración del alumnado es muy positiva: «Nuestras reseñas en Google, con 275 valoraciones, reúnen 4,8 estrellas», subraya.
Cualificación del personal, buen ambiente laboral y una productividad previa sólida. Estos son los pilares para la implantación de la reducción de una jornada de trabajo que ha adoptado Liceo 2000. Las horas que dedica el personal a la oficina son las mismas: un total de 40. Los fines de semana se mantienen libres, pero son los propios empleados los que se encargan de elegir entre el lunes y el viernes su día de descanso. Esta medida se aplica al personal de la empresa y no a los docentes. Esto se debe a que el profesorado contratado para los cursos está sujetos a la duración concreta del programa formativo, mientras que la jornada reducida responde a criterios organizativos internos aplicables al personal estable.
La idea principal de este modelo es que trabajar una jornada menos a la semana puede aumentar la productividad y el bienestar de los trabajadores. Así lo confirman algunas de las empleadas de Liceo 2000: «Es una fantasía y ha mejorado mi calidad de vida», explica Carmen Ramos, técnica de formación. Lleva seis años en la compañía y desde hace siete meses disfruta de una nueva rutina semanal con tres días de reposo que le permiten «salir a caminar, ir a la playa y tener tiempo para mí misma», detalla.
Para poder llevar a la práctica esta teoría de la productividad y el descanso resuena –en las tres sedes de Liceo 2000, en la capital grancanaria– el concepto de responsabilidad. Lo cierto es que es imprescindible que las personas de una misma área se coordinen para no coincidir en el día de la libranza. El buen ambiente en esta firma ha permitido, según Cid, que «no se haya notificado ninguna incidencia».
Mayor motivación entre las trabajadoras
Gabriela Ferrera, coordinadora administrativa en Liceo 2000, describe la iniciativa como «muy buena para compatibilizar mi vida privada con la laboral». Se debe poner de acuerdo con otra compañera y alternar los días de descanso sin coincidir. Pero asegura: «Ahora estamos más liberadas y motivadas a la hora de realizar el trabajo».
De hecho, la autogestión también ha sacado a relucir la confianza y el esfuerzo del personal de la empresa por sacar sus tareas adelante. Su director asegura que en los casos de semanas atareadas con una mayor carga de trabajo son los propios trabajadores los que deciden asistir de lunes a viernes y gestionarse a lo largo de los tradicionales cinco turnos.
Un estudio reciente de la revista internacional Nature Human Behavior —una de las más prestigiosas en materia científica— confirmó la medida de Liceo 2000. La investigación demostró que la implementación de una semana laboral de cuatro días a nivel de toda la organización, sin reducción de salario, genera mejoras significativas en el bienestar de los empleados. En concreto, el análisis de datos antes y después del ensayo de 2.896 empleados en 141 organizaciones en Australia, Canadá, Irlanda, Nueva Zelanda, el Reino Unido y los Estados Unidos, mostró un progreso en el agotamiento, la satisfacción laboral, la salud mental y la salud física.
Este patrón de mejoras no fue observado en los 285 empleados de las 12 empresas de control —firmas a las que no se le aplicó la reducción de jornadas— que formaron parte del estudio. Además, se encontró que las reducciones de horas, tanto a nivel de empresa como a nivel individual, se correlacionaron con ganancias en el bienestar, siendo las reducciones individuales más grandes asociadas con mayores mejoras. Tres factores clave mediaron esta relación: una mejora en la capacidad de desempeño autoinformada, la reducción de problemas de sueño y la disminución de la fatiga. Estos resultados indican que las semanas laborales de cuatro días que preservan el salario son una intervención organizacional efectiva para mejorar el bienestar de los trabajadores.
Sin regulación en España
A escala global, el proyecto 4 Day Week Global ha llevado este concepto a empresas alrededor del mundo con el objetivo de democratizar el movimiento de la semana laboral con tres días de ocio. Entre sus resultados muestran un 57% menos de renuncias, una reducción del 71% del agotamiento entre trabajadores y una mejora del 55% de la capacidad de trabajo.
Al no existir una regulación específica en España para la implantación de la semana laboral de cuatro turnos, su aplicación depende del acuerdo entre la empresa y los trabajadores. Las partes pueden pactar una redistribución de la jornada, añadiendo horas a los días laborables para compensar la reducción, o bien optar por una disminución proporcional del total de horas semanales trabajadas. En cualquier caso, la implementación de este modelo está sujeta a la voluntad de la empresa y a la conformidad de la plantilla.
En este contexto, Liceo 2000 se ha convertido en pionera en las Islas, pues aún es pronto para constatar un listado de las firmas que siguen este formato de semana. Cid considera que es un modelo susceptible de ser implantado en más firmas. Mientras, recoge los frutos de unos empleados «contentos» y «una productividad que se mantiene al alza».