Tras semanas y semanas de espera que fueron, en realidad varios meses, Marcus Rashford se subió al avión que tanto deseaba. Voló desde Manchester a Barcelona, donde ha llegado pasada las nueve y media de la noche de este domingo, para convertirse en el segundo fichaje del equipo de Flick.
En el avión privado se vio al ya exdelantero del Manchester United jugar a las cartas con su hermano Dane Rashford y con Dwayne Maynard, su agente. Acompañados todos por Arturo Canales, agente de AC Talent, que ha ejercido de intermediario en esta operación.
Aterrizó Rashford en Barcelona y a partir de ahora su agenda está llena de actos. Primero será la revisión médica, previa a su contratación, que se hará este lunes. Y la intención del club azulgrana es presentarlo el martes para que se una ya a los entrenamientos con Hansi Flick y vuele el jueves a Japón.
Llega cedido
Es Marcus el segundo y el más barato fichaje del Barcelona porque el primero fue el del meta Joan García, por quien el club azulgrana abonó los 26,3 millones de euros que fijaba la clausula de rescisión en su contrato con el Espanyol. Ahora el delantero que debe llenar la banda izquierda viene cedido, asumiendo él mismo una sustancial rebaja de su salario para entrar en los parámetros económicos del Barça.
Semanas de espera porque Rashford sabía desde el inicio que no era la primera opción para completar el ataque de Hansi Flick. Ese privilegiado rol correspondía a Nico Williams. Tampoco era el delantero del Manchester United la segunda vía, función a la que estaba predestinado Luis Díaz, pero el Liverpool ni apenas escuchó al Barcelona. Y esa paciencia, unido a la oportunidad de mercado que supone Rashford (cesión a coste cero), le ha hecho mucho más viable.
Reconstruir su carrera
Más viable y, sobre todo, asequible económicamente porque el jugador, necesitado de enderezar su errática carrera deportiva, aguantó todo lo que hizo falta para venir a Barcelona. A Flick le corresponde ahora encontrar el ecosistema táctico adecuado para que Rashford sea, de nuevo, el jugador que fue.
Marcus Rashford celebra un gol que le marca al Everton con la camiseta del Manchester United. / Efe / Peter Powell
De hecho, el técnico alemán quiso traer en el mercado invernal al delantero inglés. Y tenía su consentimiento. Pero Ansu Fati decidió quedarse, por lo que se le cerró la puerta, obligado a recalar en el Aston Villa donde sí conectó con Unai Emery.
El técnico vasco quería quedárselo este verano, pero Rashford tenía el deseo de jugar con Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha. O ser el suplente de cualquier miembro del tridente titular azulgrana. Viene hasta Barcelona con la obligación de reconstruirse a sí mismo.
Tiene por delante una temporada que determinará, sea para bien o para mal, su futuro como futbolista. Si rinde con Flick, tendrá puesto asegurado en la selección inglesa que participará el próximo verano en el Mundial de Estados Unidos. Si no levanta el vuelo, tal vez esté viviendo Rashford su última oportunidad en la elite.
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