Si los conflictos van más rápidos que la industria de la defensa, necesitamos empresas que puedan responder rápido y ágil

El mundo ha cambiado. Europa libra una guerra en territorio propio y la industria de la defensa está despertando, forzosamente, de un largo letargo. Empresas como Santa Bárbara Sistemas, con una tradición de siglos, serán las que ahora vean cambiar el panorama de la industria. Ya se ha anunciado un aumento del gasto en defensa y eso va a permitir relanzar nodos con potencial industrial conectado con la defensa. Andalucía es uno de ellos, especialmente para el Ejército de Tierra. Aquí se está construyendo la futura Base Logística, que aglutinará todo el movimiento de los productos que necesite el Ejército. Córdoba, que tradicionalmente ha estado ligada a otro tipo de sectores, está reorientando su posición hacia nuevos polos industriales, como el de la defensa. Santa Bárbara Sistemas ha abierto recientemente una nueva oficina en la capital para ayudar a que esa transición se haga efectiva.

-La industria de la defensa va a crecer en oportunidades gracias a la inversión anunciada en España para alcanzar el 2% del gasto. La Feria Internacional de la Defensa ha constatado que hay nuevos movimientos entre las empresas de la industria en un contexto radicalmente distinto. Pero no siempre fue así. ¿Cómo puede cambiar esto el rumbo de Santa Bárbara Sistemas?

-El sector de la defensa tiene picos y valles, es muy poco estable. En ese sentido, Santa Bárbara ha seguido la línea de la innovación en sus productos y se ha internacionalizado, ahora forma parte del grupo europeo General Dynamics European Land Systems, que nos ha permitido incorporar producto nacional en otros ejércitos de la UE y de la OTAN. Eso supuso cambiar toda la cultura, pasando de una empresa que venía de la función pública, a privatizarse y dar un salto de calidad. 

-¿Cómo ha marcado la guerra en Ucrania y el nuevo contexto geopolítico el trabajo de Santa Bárbara en Andalucía? 

-La guerra de Ucrania ha ayudado, en cierto modo, a traer un nuevo punto de vista al enfoque de la defensa dentro de las políticas de la Unión Europea. Hemos visto que Europa estaba descuidando esta área. Ahora se están proponiendo nuevas ideas, hay un nuevo Libro Blanco de la Defensa para el desarrollo industrial y cada país está adaptando su forma de ver la industria a la nueva realidad. Andalucía siempre ha sido puntera en la industria de la defensa -nosotros partimos de la fábrica de artillería de Sevilla, con siglos a su espalda-. Siempre se ha dicho que aquí hay una milla de oro entre Sevilla y Cádiz, que ahora se está ampliando a la zona de Córdoba y Jaén, al que yo llamo el eje del Guadalquivir. Eso te permite encontrarte con altas capacidades de ingeniería naval, aeronáutica y terrestre en un poco espacio. 

-Santa Bárbara ha anunciado que va a doblar su producción de blindados en los próximos cinco años. ¿En qué se va a traducir esto para Andalucía?

-El plan industrial de Santa Bárbara está en línea con lo que la OTAN, los países europeos y España ha puesto encima de la mesa. Es un crecimiento con base en una amenaza y a una situación del tejido industrial que requiere esa inversión. En Andalucía llevamos a cabo la producción de componentes electrónicos y eléctricos de nuestros productos, de los alemanes y suizos, y también nos preocupamos de que nuestros productos sigan teniendo una vida más allá de los 30 años. 

-En abril, Santa Bárbara anunció su llegada a Córdoba. Se prevé la contratación de hasta 20 trabajadores de aquí a 2027. Y buscáis talento local. ¿Estáis encontrando ese perfil en el ámbito local?

-De momento… sobradamente. Hay ahora mismo dos másteres en la Universidad de Córdoba orientados al ámbito militar. En ese sentido, buscamos talento joven, con ganas de participar y aportar soluciones a ese ciclo de vida del producto. Estamos encontrando perfiles muy interesantes que vienen de otros sectores porque Córdoba no estaba entrenada en la defensa, pero son perfiles que te ayudan a seguir creciendo porque aportan otro punto de vista. 

-Vuestro trabajo consiste, eminentemente, en la fabricación de vehículos de combate y otros blindados para el Ejército. Sois claves en el conglomerado de Tess Defense, que fabrica vehículos Dragon 8X8, y sois fabricantes bajo licencia de los Leopard españoles. De todo eso, ¿qué parte del trabajo se va a llevar a cabo en Córdoba?

-El cometido de la oficina de Córdoba es dar soporte a la oficina de apoyo al ciclo de vida del producto que tiene allí el Ejército de Tierra, que acabará formando parte de la BLET. Hacer, en otros términos, que el material con el que trabajan siga teniendo un recorrido tecnológico, que se pueda ir actualizando. Por otro lado, la oficina va a apoyar a toda la transición que la industria cordobesa va a llevar a cabo. Es importante que, alrededor de la BLET, donde se generará tejido industrial de servicios auxiliares a la construcción de blindados. 

Esta semana hemos lanzado una primera contratación con una empresa cordobesa de industria auxiliar a la defensa a la que preparamos para que entienda cuáles son los requisitos de calidad que pide el Ejército en los productos que compran, que suelen ser muy concretos. En definitiva, vamos a ayudar a industrias paralelas a transicionar hacia la defensa.

-Habéis abierto un centro de trabajo en el Parque Científico Tecnológico de Rabanales 21. ¿Tenéis pretensión de ampliarlo y que se convierta en una planta industrial de fabricación en algún momento? ¿Dónde se instalaría? 

-Nuestros clientes son: la futura BLET, la base militar de Cerro Muriano y la Oficina de Apoyo al Ciclo de Vida de El Higuerón. El emplazamiento será ese, en un punto intermedio dentro de ese triángulo. ¿Creceremos? Sí, seguro. Nuestra oficina de ahora está preparada solo para cinco o seis personas. Nuestra intención es que sí, que lleguemos a tener una planta de fabricación industrial en Córdoba, pero todo va a depender de que nos salgan bien los planes y que se materialicen las ideas que ya estamos poniendo en marcha. 

-Otras empresas de la industria de la defensa, como Escribano (EM&E Group) han anunciado que se van a instalar en Córdoba. Indra sigue en el radar… Y ya han puesto sobre la mesa la idea de comenzar a fabricar blindados por su cuenta. ¿Os preocuparía si esto llegase a ocurrir?

-Yo siempre digo que la competencia te hace mejor. Nosotros llevamos muchos años desarrollando nuestros productos y tenemos la tranquilidad de que está al servicio de la Fuerzas Armadas Española y del resto de nuestos clientes. Nuestra posición a día de hoy es la de colaborar con Indra y con Escribano dentro de Tess Defense. La fuerza de la colaboración nos va a permitir, precisamente, esto que decíamos de que se puedan llegar a materializar las oportunidades. Por supuesto que Córdoba va a ser un polo industrial importante, y las empresas que nos dedicamos a ello tenemos que estar ahí. 

-Uno de los cometidos que os ha encargado Defensa es, precisamente, el de asesorar a empresas cordobesas que puedan transicionar hacia la defensa. Este 16 de junio comienza en Córdoba ese proceso. Santa Bárbara ya ha cerrado a 22 nuevos clientes en la provincia a los que les ofrecerá, también, formación. ¿Cómo va a ser este proceso?

-Hay empresas muy potentes en sus actuales sectores que hemos elegido con mucha intención. Estas empresas han decidido que su producto tiene cabida, con algunas adaptaciones tecnológicas, dentro del sector de la defensa. En ello estamos, en ese tipo de acuerdos o mecenazgos. Buscando que sean capaces de entrar en el sector porque pueden aportar grandes cosas. Hablo de empresas en Lucena o en la propia capital que pueden traer un soplo de aire fresco al tejido industrial. 

-Entre los cometidos de Santa Bárbara, se encuentra el desarrollo de aplicaciones de mantenimiento predictivo de vehículos. ¿Se ha interesado la empresa, ahora que ha llegado a Córdoba, por el proyecto del SILPRE de la Base Logística?

-Sí, claro. Hay conversaciones ya en marcha para formar parte del SILPRE en uno de nuestros productos, a pesar de que tenemos nuestra propia tecnología ya desarrollada. Estamos seguros de que el proyecto del SILPRE va a poder servirnos de apoyo. 

-La última pregunta es más una reflexión: si la guerra de hoy ha cambiado, si va más rápida que la propia industria de la defensa, ¿cómo se hace un presupuesto para un blindado de que, de aquí a diez años, puede tener unas necesidades distintas? ¿Cómo se mira a futuro en una empresa de la defensa cuando la tecnología corre más cada día y vuestros grandes proyectos se miran a años vista?

-Eso es cierto, es complejo. La guerra va por delante de la industria en este caso. En el europeo, Ucrania ha pasado de la cola a la cabeza del desarrollo y producción de elementos no tripulados, por ejemplo. Pero yo siempre digo lo mismo: nosotros tenemos un ejemplo reciente en nuestro Némesis, que hemos presentado en FEINDEF. Es un vehículo tipo que va a llevar a cabo pruebas de fuego y validación, y lo hemos integrado en Sevilla en solo dos meses. Esa está siendo la respuesta a la inmediatez. Si queremos llegar, necesitamos empresas capacitadas para responder de forma ágil. Nosotros tenemos 900 suministradores, ahora más con los cordobeses, y tenemos la posibilidad de crecer y responder muy rápido. 

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