Qué bien lo hace pasar este equipo al barcelonismo. Hacía tiempo que no prendía una sensación de orgullo tan remarcada. Hansi Flick lo ha ido proclamando después de cada partido importante. Orgullo ha sido una palabra muy utilizada por el técnico azulgrana. Con razón. Con muchísima razón. Es en el día de la derrota cuando conviene decirse bien alto.
Es un grupo desacomplejado, que no siente el peso de la historia negra del club. No tiene memoria de decepciones pasadas. Es descarado y no se hunde aunque vaya uno o dos goles por detrás. San Siro, estadio cavernoso y de acústica intimidante, no amilanó tampoco a estos chavales que viven el fútbol como una fiesta que es contagiosa, con Lamine Yamal en el centro de la pista. Un prodigio que sale reforzado a nivel mundial de esta eliminatoria.
El abrazo loco de los jugadores tras el gol de Raphinha se reprodujo en el palco con una melée de los directivos y en cada bar de Catalunya con gritos desaforados. La identificación social con este entrenador y este colectivo de jugadores, tantos tan jóvenes y de casa, no se veía desde hacía muchísimos años. Quizá desde la obra maestra de Pep Guardiola.
La cita de Ferguson
El empate del Inter cuando se daba por atada la final de Múnich llevó a acordarse de aquella frase tan contundente como elocuente de Alex Ferguson. “Football. Bloody hell”. Efectivamente, qué deporte tan endemoniado y tan imprevisible. Y no digamos con el cuarto tanto interista. Toda esta espectacular eliminatoria ha llevado al aficionado a empaparse de todo el arco de las emociones humanas.
«El fútbol ha sido muy cruel con nosotros», dijo Èric Garcia, el primero en comparecer ante un micrófono tras consumarse la eliminación. Sin quererlo, fue su forma de traducir la cita del mítico exentrenador del Manchester United. Gran partido del central reconvertido en lateral. Marcó un dificilísimo primer gol y erró un remate más fácil que pudo ser el segundo.
«El carácter de este equipo es increíble. Tenemos que estar orgullosos. Era un año en que nadie confiaba en nosotros, que si era de transición con tantos jóvenes, y mirad lo que hemos conseguido», añadió el defensa de Martorell, poniendo voz al sentimiento de todo el barcelonismo. Si hay que perder, que sea de esta forma.
«Lo tuvimos cerca y se nos escapó. Estamos muy tristes. Estos partidos se deciden por detalles. Se nos escapó la final. Este grupo tiene una mentalidad increíble y dio la cara», reforzó Ronald Araujo, que reveló lo que Flick dijo al vestuario tras la batalla de San Siro. «Nos ha dicho que está muy orgulloso de nosotros».
En su turno, el alemán habló con expresión facial poco festiva. «Estoy decepcionado, pero no por la actuación del equipo. Lo ha intentado todo. Estamos fuera pero el año que viene volveremos a intentarlo de nuevo», se animó tras dejar caer algunas quejas sobre el arbitraje.
Nadie duda de que va a ser así, de que este equipo tiene el potencial de coronarse algún día. Pero entretanto, cómo no acordarse de Ferguson. Football. Bloody hell.