La segunda sesión por el caso de las agresiones sexuales a una joven con discapacidad psíquica de Burriana continuó ayer con el testimonio de varios peritos, que ratificaron que la víctima no tenía capacidad para consentir ningún tipo de relación sexual. «Es una niña de cinco a ocho años en el cuerpo de una mujer», señaló una de las forenses en su declaración.
La doctora hizo también hincapié en que la víctima es «mentalmente una niña y no está capacitada para consentir nada porque desconoce todo a nivel sexual». Así lo detalló a preguntas del fiscal.
La otra facultativa citada como perito ratificó sus informes y comentó que «por un simple contacto inicial, se nota claramente, solo con hablar, que la víctima es una persona con una discapacidad».
Lesiones por un coito reciente
Otra de las profesionales que depuso durante la segunda jornada del juicio ratificó que la exploración ginecológica de la afectada evidenciaba un «coito reciente» por las lesiones presentadas.
Por su parte, integrantes de la unidad de Criminalística d ela Guardia Civil, cuerpo encargado de la investigación del caso, señalaron que en los isopos anales tomados a la víctima «se hallaron restos de semen», coincidiendo con una de las prácticas sexuales que la Fiscalía y la acusación particular mantienen que sufrió la chica.
Las acusaciones elevaron a definitivas sus conclusiones provisionales, solicitando el Ministerio Público una pena de 15 años y medio de cárcel para los dos procesados. Por su parte, la defensa modificó y presentó varias alternativas. El letrado Pablo Ania dijo que se reconocía en el relato de hechos el sexo mantenido y pidió que se apreciara la circunstancia atenuante como muy cualificada de reparación del daño al haber consignado los acusados 6.000 euros para la víctima en la cuenta de la Audiencia Provincial. El abogado expuso al tribunal varias posibles opciones de cara a la sentencia, desde la libre absolución hasta una pena máxima de cinco años.
Cabe recordar que en la primera jornada del juicio oral declararon los padres y la hermana de la víctima, quienes incidieron en las capacidades especiales de la afectada, que estuvo desaparecida unas 30 horas y, según las acusaciones, retenida por los dos acusados, de origen pakistaní.
«Tenía un moratón muy marcado en el muslo. Me dijo que la habían cogido por la calle, la habían llevado a un domicilio y la habían penetrado vaginal y analmente», relató la hermana en su turno de intervención.
El caso quedó ayer visto para sentencia en la sección Segunda, que previsiblemente condenará a los procesados, ante la gran cantidad de pruebas vistas en sala.
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