El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, le dijo este lunes en la Casa Blanca a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que Estados Unidos tiene un problema «con el crimen y el terrorismo» y que su país está deseando ayudar.
«Estamos deseando ayudar. Sabemos que tienen un problema con el crimen, un problema de terrorismo, y que necesitan ayuda. Somos un país pequeño, pero si podemos ayudar, lo haremos», le señaló el mandatario centroamericano, que consideró un honor estar en el Despacho Oval junto al «presidente y líder del mundo libre».
Trump y Bukele se reunieron este lunes en la Casa Blanca con el foco puesto en acuerdos sobre inmigración entre ambos Gobiernos.
El presidente estadounidense ya había recibido a otros líderes latinoamericanos desde el inicio de su segundo mandato el pasado 20 de enero, pero esta es la primera vez que ese encuentro tiene lugar en la sede de la Presidencia en Washington y no es su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida).
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, saluda antes de reunirse con Trump. / EFE
Bukele presumió de que San Salvador haya dejado de ser la «capital mundial del asesinato» y de que su país se haya convertido -en su opinión- en el país más seguro de Latinoamérica: «Algunas veces se dice que encarcelamos a miles. A mí me gusta decir que de hecho liberamos a millones», dijo.
Retenidos en el Cecot
La reunión se produce en un momento en que El Salvador firmó un acuerdo con Washington para recibir a migrantes expulsados de EE.UU. y retenerlos en una prisión de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot), a cambio de un pago de hasta seis millones de dólares anuales.
El Cecot es una prisión notoria por las denuncias de abusos a los derechos humanos y la legalidad del envío de migrantes a El Salvador ha sido cuestionada por organizaciones de derechos civiles, que han presentado varias demandas para bloquear la expulsión de más personas hacia el país centroamericano.
En un informe publicado la semana pasada, la ONG Human Rights Watch acusó los Gobiernos de El Salvador y EE.UU. de estar sujetando a los migrantes a una «desaparación forzosa» y de mantenerlos incomunicados con sus familiares, sin defensa legal.

Reclusos en el interior de una celda en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot). / EFE
232 migrantes en el Cecot
El Gobierno de Trump ha enviado al Cecot a un total de 232 migrantes, en su mayoría venezolanos, acusándolos de pertenecer a la banda criminal transnacional del Tren de Aragua.
Sin embargo, según un análisis publicado este jueves por el portal Bloomberg, un 90 % de los más de 200 hombres que EE.UU. tiene encarcelados en el país centroamericano no tienen antecedentes penales en territorio estadounidense.
En el marco de la gran ofensiva migratoria de Trump, Washington ha declarado que TdA está invadiendo su territorio y ha echado mano de una norma de 1798, la Ley de Enemigos Extranjeros, para expeditar procesos de deportación de supuestos miembros de la organización criminal.
Deportado por error
Bukele ha reconocido que tiene competencias para facilitar la puesta en libertad del ciudadano salvadoreño Kilmar Abrego García, deportado por Estados Unidos tras lo que las propias autoridades estadounidenses reconocen como un «error administrativo«, pero ha alegado que no puede enviarlo de vuelta al país norteamericano.
«¿Cómo podría yo devolverlo a Estados Unidos? ¿Fui yo quien lo introdujo ilegalmente en Estados Unidos?», ha planteado Bukele durante un encuentro con el presidente estadounidense en la Casa Blanca.

Jennifer Vásquez (c), la esposa de Kilmer Ábrego García, el migrante salvadoreño enviado por error a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador. / EFE
Bukele ha subrayado que no tiene la «competencia» para llevar a Abrego a Estados Unidos, pero también ha descartado que salga de la cárcel de máxima seguridad Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). «No me gusta mucho liberar a terroristas» en el país, ha argüido.
«¿Quieren que volvamos a la liberación de criminales y que volvamos a ser la capital mundial del asesinato? Eso no va a pasar», ha recalcado Bukele.
La Administración norteamericana considera que Abrego, afincado en Maryland y padre de familia, pertenece a la Mara Salvatrucha (MS-13), una organización criminal centroamericana, pero sus abogados lo niegan.
Abrego fue deportado a mediados del mes de marzo pese a que un juez le otorgó en 2019 el estatus de protección temporal tras huir de El Salvador por la violencia de las pandillas. La Administración reconoció haberlo deportado por error, pero argumentó que carece de jurisdicción para repatriarle.
En este contexto, la jueza federal Paula Xinis ordenó la repatriación de Abrego, si bien la Administración Trump recurrió al Supremo para que bloqueara la orden. El Supremo ha respondido que la Administración debe «facilitar» el regreso de Abrego, pero no ha ordenado ninguna acción concreta al respecto.
Organizaciones de derechos civiles han cuestionado la falta de garantías o directamente la legalidad de estas deportaciones, especialmente después de que un juez federal ordenara su paralización por considerar inadecuada la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros, una ley de finales del siglo XVIII que otorga poderes especiales al presidente y fue concebida para tiempos de guerra.