Una baja de última hora dejó en anécdota su derrota por 7-5 y 6-0 ante el italiano Matteo Gigante. Acabó entrando en el cuadro del Masters 1000 ATP como ‘lucky loser’ (perdedor afortunado).
El azar, en forma de sorteo de los jugadores procedentes de la fase previa, le emparejó de entrada con el australiano Nick Kyrgios, que abandonó comenzado el segundo set al resentirse de su grave lesión de muñeca.
Tuvo la oportunidad de cruzarse con un Novak Djokovic menor, con muchas dudas y menos hambre competitiva de la habitual. Y si algo le gusta al neerlandés Botic Van de Zandschulp, son los partidos en los que no soporta ninguna presión, que la responsabilidad recae en el rival.
Frío como un témpano, suele festejar la victoria con la misma racanería de gestos que la derrota. Pero subrayó su categoría de ‘matagigantes’. Antes que Djokovic, Van de Zandschulp, 29 años y nº 85 mundial, eliminó a Carlos Alcaraz en el pasado US Open y fue el último verdugo de Rafa Nadal, en la última Copa Davis.
Pero Van de Zandschulp, peligroso en una racha de aciertos, es asimismo un chollo si entra en dinámica contraria y los nervios se apoderan de él. Después de la gesta, el jarro de agua fría.
Fue expulsado de mala manera de Indian Wells, dominado con autoridad por el nº 26 del ranking, el argentino Francisco Cerúndolo, que se hizo un hueco en octavos imponiéndose al neerlandés por 6-3 y 6-4 en 1h.41′.
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Van de Zandschulp empezó a pensar en lo que podía hacer en Indian Wells, no avanzó más. Fran Cerúndolo, finalista en Buenos Aires y semifinalista en Santiago de Chile, ha consolidado el pase de la tierra batida a la pista dura. En octavos se las verá con el australiano Alex de Miñaur o el polaco Hubert Hurkacz.