Las amenazas arancelarias han movilizado a grandes partes de la comunidad internacional para reforzar sus industrias y fomentar la autosuficiencia. Los países miembros d la Unión Europea (UE) han asegurado este lunes que reforzarán su defensa y encontrarán mecanismos de financiación europeos para afrontar las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, como su propuesta de aranceles y la compra forzosa de Groenlandia, pero sin entrar en una guerra comercial. Aun así, este incremento tanto a Europa como a México, Canadá y China está teniendo consecuencias en la bolsa estadounidense y en las relaciones diplomáticas entre países.
Trump ha aprobado la subida de aranceles del 25% para productos canadienses y mexicanos y el 10% para importaciones chinas. El presidente estadounidense defiende que el aumento en impuestos busca penalizar a países por “no cumplir su promesa de frenar la inmigración ilegal y parar el flujo de fentanilo venenoso y otras drogas” en el país. Sin embargo, Trump se ha comprometido a pausar durante un mes los aranceles a México -su entrada en vigor era este martes- a cambio de una serie de compromisos en materia de seguridad fronteriza y comercial.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha lamentado que Europa piense «como si estuviera en tiempos de paz» frente a las tensiones globales y las amenazas de Trump respecto a la financiación de la OTAN y las amenazas arancelarias. «No digo que estemos en guerra, pero tenemos que cambiar de mentalidad, necesitamos un sentimiento de urgencia», ha indicado antes de reunirse con los homólogos europeos. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha señalado que las declaraciones de Trump «empujan a los europeos a estar más unidos y a ser más activos en la respuesta a su cuestión de seguridad colectiva».
El impacto de los aranceles en la bolsa estadounidense
Con la entrada en vigor de los aranceles, la bolsa en diferentes mercados internacionales ha sentido el impacto. Los índices principales estadounidenses sufrieron una caída de entre el 1% y el 2% este lunes, con empresas que se apoyan en la fabricación china como Nike y Apple entre los más afectados, según la BBC. Ambos bajaron un 3% en el Dow Jones, el índice bursátil estadounidense que está compuesta por las 30 mayores empresas del país y que representan la economía estadounidense.
S&P 500 también sufrió una caída notable. Los analistas del banco Goldman Sachs indicaron que las tasas arancelarias reducirían las ganancias por acción del índice entre un 1% y un 2%; esta cifra aumentará en el caso de que se mantengan las medidas. El banco estadounidense advierte que, además de la caída en la bolsa, los aranceles «conducirían a una mayor fortaleza del dólar», algo que también dependerá de la duración y los acuerdos que se consigan entre países. Igualmente, el Nasdaq, bolsa de las empresas tecnológicas estadounidenses, sufrió un descenso del 2%.
Esta caída inicial entre las diferentes bolsas de Estados Unidos está reflejada en el cambio de mensaje de Trump. Inicialmente, reforzó la idea de que los aranceles tendrían resultados positivos para el país, provocando un descenso “inmediato” en el precio de servicios como la luz o el gas. El vicepresidente, JD Vance, reforzó esta idea en una entrevista con Fox News, asegurando que las políticas de Trump permitirán que los trabajadores estadounidenses tendrán “más dinero para llevar a casa”, según AP. Sin embargo, ahora el presidente estadounidense ha dado la espalda a estas afirmaciones en su red social, Truth Social: “¿Habrá algo de dolor? Si, igual (o igual no)”. Aun así, defiende sus decisiones y afirma que “el precio valdrá la pena”
Una amenaza hacia la Unión Europea
A pesar de que México, Canadá y China han sido los grandes protagonistas de la primera vuelta de aranceles, las amenazas a la UE no se han dejado atrás. A diferencia de los tres países mencionados, una de las razones principales por las que el presidente estadounidense busca imponer una cuota elevada de aranceles a la UE es para que importen más coches americanos y productos agrarios. Tomando en cuenta que Europa tiene importantes fabricantes de coche como Volkswagen y Mercedes y que no todos los países miembros conducen por la izquierda -Irlanda, Reino Unido (aunque no es parte de la UE) y Malta-, además de la importancia de los productos agrarios, es probable que la medida tenga poco éxito.
A pesar de ello, Trump le contó a periodistas que los aranceles: “en definitiva sucederán en la Unión Europea, eso te lo puedo asegurar”. El portavoz de la Comisión Europea contó este fin de semana que la unión “responderá de manera firme a cualquier socio comercial que impone aranceles de forma injusta o arbitraria sobre productos de la UE”, según The Guardian.
Trump tiene una relación más cercana a Gran Bretaña, especialmente desde el Brexit en 2016 donde el país británico fomentó sus relaciones con el continente al dejar atrás sus lazos comerciales con países miembros de la UE. El presidente estadounidense no ha negado la imposición de aranceles a la isla, pero su relación con el primer ministro británico, Keir Starmer, protegerá al país de los aranceles desmesurados. “Gran Bretaña se ha pasado de la ralla, pero estoy seguro de que se puede solucionar”, según The Guardian. Añadió que Starmer y él verán “si pueden o no equilibrar” sus presupuestos.
¿Cómo funcionan los aranceles?
Aranceles son un impuesto cobrado sobre las importaciones de otros países. Los consumidores pagan los aranceles y sus fluctuaciones de forma indirecta dado que, si una empresa tiene que pagar más por la importación de un producto de un mes para otro, incrementa los precios para los consumidores para amortiguar sus gastos. Por ejemplo, si un producto proveniente de Canadá costaba cuatro dólares, el aumento del 25% propuesto por Trump significa que le costará a la empresa importadora cinco dólares.
Sin embargo, los aranceles son una herramienta empleada por la mayoría de los países del mundo para proteger sus productos nacionales. Frente a un incremento en precios de productos provenientes del exterior, productos nacionales se convierten en más atractivos por ser más baratos.
Los aranceles también son una medida de protección de la competitividad de estos productos. Las importaciones pueden ser más baratas que los productos nacionales debido a una multitud de razones (como el empleo de materiales de bajo coste o de peor calidad, un salario mínimo menor o inexistente, trabajo infantil, etc.), lo que dificulta la supervivencia de productos domésticos.
Trump busca incrementar los aranceles exteriores hacia sus principales socios comerciales de forma radical para proteger el mercado y los productos estadounidenses. Pese a sus consecuencias, como las crisis diplomáticas y las guerras comerciales, es una técnica que podría hundir la economía del país, pero también podría beneficiarla a largo plazo.